El Río de la vida

• Uganda
• 6 agosto, 2011
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Regresamos de Kisoro el 24 de julio de 2011. Luego de nueve horas de camino, llegamos al atardecer al agradable hostal Red Chilli en Kampala. Allí ya habíamos disfrutado un par de noches, por lo que estábamos seguros de que la pasaríamos bien.

Yo estaba exhausto y, después de ver a los gorilas, ya no quería nada más en África. Quería dejar este continente. Sin embargo, aún teníamos otros 4 días más antes de tomar nuestro vuelo a Nueva York y por lo tanto habíamos decidido visitar Jinja, una pequeña ciudad a orillas del Lago Victoria y que además está ubicada justo en el punto donde nace el río Nilo. De todas las actividades que había por hacer, seleccionamos dos: rafting grado 5 en el río y crucero al atardecer en el Lago Victoria.

Muy temprano en la mañana nos recogió el conductor de la compañía Nile River Explorers, con quienes habíamos contratado ambas actividades por un precio de 140 dólares por persona. Sin hacer muchas averiguaciones, habíamos seleccionado esta compañía por ser la recomendada en el hostal Red Chilli. Luego nos daríamos cuenta de que Nile River Explorers maneja el 90% del mercado de rafting en el río y es la que más altos estándares de seguridad ofrece. No por nada, también supimos que era la más cosotosa.

Cuando llegamos a Jinja a sólo una hora de Kampala al hotel Explorers Backpackers, propiedad de la compañía y desde donde iniciaríamos el trayecto hacia el río, el lugar estaba atestado de gente. Por todos lados había personas que querían hacer múltiples actividades, 60 de ellos nos dirigiríamos al río a hacer rafting.

A eso de las 10 y 30 de la mañana ya estábamos a orillas del río y escuchábamos las instrucciones de Jane, socia de la compañía y experta en rafting. Eran recomendaciones que ya había escuchado en varias ocasiones, pero Jane las decía con tal confianza que nos generaba mucha tranquilidad. El río en esta parte, a sólo 5 km de su nacimiento, luce hermoso, gigante y para mi sorpresa puro y cristalino. El río Nilo tiene el honor de ser el más largo del mundo*. Recorre 6.440 km bañando a Uganda, Sudán y Egipto antes de desembocar en el Mediterráneo. Sus aguas fueron la base de una de las civilizaciones más impresionantes que ha visto la humanidad: Los Egipcios. Hace 5.000 años estos matemáticos, ingenieros, arquitectos y filósofos, vivían al ritmo de las aguas crecientes y decrecientes del río. Para ellos el Nilo lo era todo. Su medio de transporte, su fuente de comida y de agua, pero sobretodo, el río era quien mágicamente inundaba cada año miles de hectáreas irrigando las tierras y dejándolas listas para otra temporada de cosechas. El Río Nilo era para estos hombres su tesoro más preciado.

No pasó mucho tiempo para que estuviéranos en el agua haciendo algunas prácticas. Cómo subir al bote, cómo manejar los remos, cómo ayudar a un compañero. Estuvimos cerca de media hora haciendo algunas piruetas antes de enfrentar nuestro primer rápido. Una caída de clase 5 que desembocaba contra una gran roca submarina creando una ola de unos 5 metros de altura. De todos los rafting que he hecho, este rápido era quizás el más grande. Estaba casi seguro de que nos volcaríamos. Mis compañeros de bote, todas mujeres temblaban del susto al oir el rugido de las aguas que se incrementaba con nuestro acercamiento y yo, en la parte delantera, remaba sin cesar cargado de adrenalina. Una vez llegamos a él, descendimos por la cascada sin ningún problema pero al caer, la ola que se formaba, me sacó del bote como si fuera un muñeco de trapo. Una vez en el agua, parecía que estaba dentro de una lavadora. Dando vueltas por todos lados, trataba de salir a la superficie, pero en un par de ocasiones, me encontré con la sorpresa de que el bote estaba sobre mí. Segundos más tarde, con la cabeza afuera y aferrado al sodiac, pude notar que todos sin excepción habíamos caído. Yo llamaba a Alex al mismo tiempo que reía por el el placer de la experiencia vivida. Una vez en el bote, pude notar que Alex estaba aterrada con lo que había sucedido. Pobre, apenas estábamos comenzando.

Las siguentes 3 horas de rafting transcurrieron sin mucha novedad. Cruzamos otros 6 ó 7 rápidos grandes. Nos mojamos, caímos y la pasamos de maravilla. Jane que dirigía nuestro bote era toda una experta y generala en su profesión. Para la tarea, tenía a su servicio un equipo de por lo menos 20 personas en el río. Unos ocho dirigiendo otros botes, fotógrafo y filmador, un bote de seguridad y otros que acompañaban la caravana asegurándose de dar soporte en caso de necesidad a quienes caían al agua. Generalmente, nuestro bote era el primero en cruzar cada rápido para luego esperar a un lado hasta que el último equipo pasara. Jane, con un lenguaje de señas y unos extraños y graciosos aullidos se comunicaba a metros de distancia con los miembros de su equipo. Los regañaba, les decía por donde cruzar, coordinaba la recuperación de los remos que dejábamos ir los turistas durante las caídas, controlaba con precisión milimétrica todo lo que pasaba a su alrededor. Jane era sin duda alguna la vida de Nile River Explorers. Yo quedé totalmente asombrado con su trabajo. A pesar de haber pasado los últimos diez años de su vida haciendo rafting casi todos los días en el mismo lugar, su actitud era como si fuese la del primero. De admirar esta sudafricana de 45 años con su piel añejada y manchada por el sol que, con un estricto rigor y un perfecto profesionalismo, se ganaba la vida haciendo lo que más le gustaba. Es bueno cuando en estos viajes, en los momentos menos esperados, encuentras personas que te dejan enseñanzas para toda la vida. El rafting duró hasta el atardecer culminando con delicioso BBQ a orillas de este paradísiaco río.

Ya un poco cansados, el bus nos llevó al lugar de camping situado a unos 90 minutos de recorrido, donde, por haber tomado el rafting, teníamos dos noches de camping gratis. El sitio era bastante bonito y como todos los lugares de Uganda por esta época, estaba lleno de gente. Nos hicimos un espacio para nuestra carpa, tuvimos una buena cena y nos acostamos a dormir en medio del bullicio que se generaba desde el bar. A la mañana siguiente descubrimos que el lugar tenía una pequeña playa privada en el río. Era un sitio fenomenal en el que podíamos bañarnos a nuestras anchas en la frescas y limpias aguas del Nilo.

Una vez caída la tarde, fuimos a disfrutar de un corto crucero por el Lago Victoria. La experiencia estuvo muy bien sobretodo porque pudimos ver cuánta vida se genera en este lugar. Hay pescadores por doquier, barcos entrando y saliendo y muchos animales. Tal vez por la grandeza de estas maravillas naturales, El Lago y El Río, o por la poca industrialización del país es que Uganda puede darse el lujo de tener estos espacios prácticamente vírgenes y libres de contaminación.

A lo largo del paseo, sentí mucha tristeza por como son tratados los recursos naturales en nuestra Colombia. Las imágenes del río Magdalena y Cauca estériles y enfermos de muerte no me abandonaron. Recordé la aguas del río Bogotá que tiñen de negro el Salto del Tequendama y que luego perfuman a la grande Anapoima con su olor a mierda. Cuánta vida podrían generar estos ríos si estuviesen limpios? Sin duda serían lugares para el turismo, pesca y deporte. Una vez más es la mala herencia que han dejado los padres de nuestra generación. Y por si fuera poco, nosotros los directamente afectados no tenemos el más mínimo cuidado para escoger a gobernantes justos con el medio ambiente y, adicionalmente, si quisiéramos hacerlo, tampoco es que tuviéramos muchas opciones.

El partido de la U está bastante atareado tratando de lograr la unidad nacional y de paso, gobernando un país destruido por la guerra y el invierno. Luego tenemos a los acartonados partidos Liberales y Conservadores cuya prioridad es salir de las crisis en las que se encuentran. Desesperados, estos vejetes dan avales por doquier a quien muestre alguna capacidad de ganar votos. El Polo? Creo que ya tiene suficientes problemas con el peso de haber sabiamente acabado con la capital a lo largo de dos horribles administraciones. La del borracho y el bobo. Y el Partido Verde? Ja. Ese si que es el peor de todos. A este partido que es el único que en su definición tiene algo acerca del medio ambiente, nunca se le ha escuchado una propuesta contundente relacionada con el tema. Sus 4 fantásticos no supieron asumir la derrota de la contienda presidencial y se quedaron discutiendo entre sí, sin actuar ni opinar durante meses. Mockus al parecer comprendió que el pez muere por la boca y se sumió en el silencio. No se sabe si por su enfermedad o si porque realmente no tiene nada relevante para decir. Lucho, ni se diga. A este borrachín le debemos parte de la crisis de movilidad en la que está sumida la capital. No se le puede dejar toda la responsabilidad a Moreno. Un personaje que a duras penas sabe balbucear unas palabras, no puede tener la capacidad de destruir una ciudad en tan poco tiempo. A Fajardo que comenzó con un discurso diferente y un partido independiente diciendo que luchaba por la dignificación de la política y que esta no se hacía contando votos, le falló su coherencia cuando aporriado por su falta de popularidad en las elecciones regionales salió a conseguir asilo político bajo las faldas del Partido Verde. Desde entonces se la ha pasado diciendo que no está de acuerdo con nada de lo se hace y, desde la coodirección que ocupaba hasta hace pocas semanas, fue incapaz de hacerse responsable. Ahora manda e-mails a sus “seguidores” criticando las desiciones del partido, mientras grita a viento en popa que va para la gobernación de Antioquia con la ola verde y reparte avales por doquier. Fajardo o más bien “Farsardo”, recuerda que la política no se hace contando votos. Pero ya caíste en el juego que tanto criticaste y con tan poca coherencia se me hace imposible creer en lo que dices. Y para finalilzar, este partido “ambientalista” perdió a su único miembro de altura. Peñalosa, quien ahora y muy desafortunadamente sirve a otros intereses. Los de Uribe. Esperamos que desde su nueva silla aún los temas ambientalistas tengan prioridad tal como los tuvieron en su administración de Bogotá.

Así es la realidad de nuestra clase política. Emproblemada en sus manejos internos y desconectada de las prioridades a mediano plazo. Siempre preocupada por lo urgente más no por lo importante. Sin embargo, hay esperanzas en personas jóvenes como el candidato a la alcaldía de Bogotá por el partido Liberal David Luna. Este jóven ha demostrado preocuparse por el medio ambiente, reuniéndose con organizaciones defensoras de los animales y con campañas como la que hizo en protesta por el Diesel de mala calidad y de bajos estándares que una de las 500 empresas más grandes del mundo se da el lujo de producir, Ecopetrol. David, dudo que puedas ganar estas elecciones, pero tus seguidores estaremos atentos esperando a que llegues al poder.

Sin más ni menos los dejo con una reflexión que hace un amigo sobre una ciudad que lleva décadas invirtiendo constantemente en lograr que sus ciudadanos se transporten en bicicleta: http://viajandoelmundo.wordpress.com/2011/07/27/en-dinamarca-hay-dos-reinas-una-es-la-bicicleta-por-juan-p/

David P.

*Hay muchas discusiones sobre cuál es realmente el río más largo del mundo, si el Amazonas o el Nilo.

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