Koh Phi Phi, la playa más linda del mundo

• Tailandia
• 27 septiembre, 2011
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Cuando planeamos venir a Tailandia surgieron muchas recomendaciones sobre Koh Phi Phi, la isla donde se filmó la película La Playa (la pelicula con Leonardo Di Caprio), catalogada por algunos como “la más linda del mundo”.

Nosotros llegamos desde Koh Tao, donde habíamos pasado una semana espectacular, David en su certificación de buceo y yo recorriéndola tranquilamente con Maggie (quien estaba acompañando a su amiga Meri, también certificándose en buceo), caminando a mis anchas por la bahía o simplemente leyendo en la playa.

Koh Tao está en el lado oriental de Tailandia mientras que Koh Phi Phi está en el lado occidental, donde era la época de Monzón (luego más o menos en noviembre cambia de lado del país), así es que muchas personas nos dijeron que íbamos a perder el tiempo, que llovería todos los días o simplemente que era mejor Koh Tao. A pesar de todas las advertencias, el 4 de septiembre de 2011 tomamos el bote nocturno (luego bus y luego otra vez bote) para llegar a Koh Phi Phi.

El bote nocturno fue toda una experiencia. Unos 30 colchones (uno al lado del otro) tapizaban todo el piso donde debían dormir 50 personas. El espacio para cada persona era del ancho de la almohada. A mi lado iba un ruso (bastante grande) que además decidió apagar el ventilador (por favor!). Aún así dormimos casi todo el trayecto (de 9:30 pm a 5:00 am) y no hubo mayor novedad.

Cuando se llega a Koh Phi Phi en el puerto hay unas 3 “agencias” con las fotos de “todos” los hoteles de la isla y desde allí se pueden hacer las reservas (tienen tapizadas las paredes con las fotos, descripciones y tarifas de los hoteles). Cada hotel que veíamos (dentro de nuestro presupuesto de máximo USD35 la noche) tenía un “pero”. Finalmente elegimos uno en una pequeña colina, con vista al mar y piscina. De la agencia llamaron al hotel y llegó un señor a recogernos con una carretilla para las maletas (el pueblo es tan pequeño que no hay carreteras, por lo tanto no hay vehículos, todo es peatonal).

Luego de unos 15 minutos llegamos al hotel. La habitación nos pareció perfecta: amplia, limpia, con un balcón con vista al mar, nevera, tv… El problema llegó en la noche: se podía escuchar todo el tiempo el sonido de las discotecas a lo lejos y fue incómodo para dormir.

Al segundo día salimos a buscar un hotel caminando y elegimos uno al otro lado de “la rumba”. Un lugar tranquilo con una piscina deliciosa y un cuarto básico, pero “bien”. Acá el problema no se hizo esperar, el baño olía horrible! El lavamanos desembocaba sobre el piso y nunca estaba seco! Pedimos que nos cambiaran pero no tenían más habitaciones, así es que al día siguiente, empezó de nuevo la búsqueda.

El tercer hotel resolvía los problemas anteriores: limpio, cómodo, tranquilo. Pero la piscina estaba en mantenimiento. Finalmente no le dimos mucha importancia, ya llevábamos 2 días de piscina y el plan era ir a “La Playa” de la película.

La playa queda en una isla al sur de la isla principal, la cual no está habitada. Se puede ir en un tour privado (se contrata una lancha por unos USD50 medio día) o en un grupo, por más o menos USD8 c/u (que es la opción que tomamos). Estos tours los ofrecen por toda la isla y básicamente son estándar: 1. La playa de los monos. 2. La laguna 3. Loh Samah 4. Maya Bay (la playa). Se pueden tomar a las 10 am o a las 2 pm y duran 4 horas.

La playa de los monos es un desastre. Hay una comunidad de monos a los que la gente alimenta para tomarse fotos con ellos y aunque están al aire libre, ya son animales domésticos y perdieron completamente su característica de salvajes. No apoyamos este tipo de actividades en las que el hombre entra a modificar la conducta de los animales. Inclusive en el pueblo se ven personas que han capturado algunos monos y los visten y los usan para que los turistas se tomen fotografías con ellos. Por favor, nunca hagan esto, es decirle al “Mercader” que esclavizar un animal salvaje (mono, culebra, iguana o el que sea) es un método válido para ganar dinero. Qué pasará el día que a esta persona se le muera su mascota? Pues irá a buscar otra a la selva, muchas veces matando a los padres para poder tener un bebé a quien adiestrar.

Afortunadamente no hubo mucho interés por el tema de parte de los otros turistas de nuestro bote y seguimos hacia la laguna (que en realidad es una bahía de aguas poco profundas y tranquilas). En esta piscina natural pudimos nadar un rato, aprovechando sus aguas templadas y cristalinas, rodeados por las montañas de la isla.

En la tercera parada (Loh Samah) nos dieron un snorkel para apreciar el arrecife y los peces que viven allí. Es un lugar maravilloso, yo no logré estar cómoda con mi careta pero aún así pude ver muchos peces (no sé su nombre, pero David que sí sabe dice que habían payasos, loros, cofres, ángeles, mariposas, los peces que son comunes en los arrecifes del Caribe).

La cuarta parada fue “la playa”. Es una bahía rodeada de las montañas empinadas de la isla donde el agua cristalina se ve de color turquesa y las palmeras sobre la arena blanca completan el paisaje. Recomiendo mucho hacer el camino hacia Loh Samah, se puede ver esta hermosa bahía desde una pequeña plataforma.

Luego de una hora salimos de la playa y paramos un rato para ver el atardecer sobre el océano.

Si bien Koh Phi Phi Don y Koh Phi Phi Lee son un par de islas hermosas, encontramos mucho más agradable Koh Tao. Algunos españoles que conocimos tenían la opinión opuesta, claramente porque en Koh Phi Phi la rumba es mucho más intensa, así es que es cuestión de intereses. En esta isla los precios son mucho más altos que en Koh Tao, probablemente el doble, y eso que fuimos en “temporada baja”, no me imagino cómo será los otros meses.

Conocer “la playa más linda del mundo” finalmente es algo muy relativo. Indiscutiblemente es un lugar hermoso, pero luego de visitar Halong Bay donde había cerca de 2000 islas con una geografía similar, no fue mucho lo que nos descrestó. Durante el viaje nos hemos enfrentado a situaciones similares. Algunos lugares o experiencias que para otras personas son “lo más” para nosotros han sido una completa decepción. Por eso mi recomendación es tomar estos apelativos con pinzas.

En ocasiones ocurre que el título es tan rebuscado, que da hasta risa, en Beijing El Templo del Cielo es catalogado como “el lugar sagrado dedicado a los sacrificios al aire libre más grande del mundo”, parecido a aquel que tenemos en Medellín de “la iglesia de ladrillo cocido más grande del mundo” y al menos estos dos se pueden medir cuantitativamente.

Así es que cuando hablamos de la playa más linda del mundo, para mí es una playa de kilómetros de largo en la que sólo estábamos David y yo caminando y bañándonos en el mar en junio del año 2000: queda en Bastimentos (Panamá, Bocas del Toro), allí mientras comíamos piña y nos revolcaban las olas no vimos nunca a nadie más, esa sí es la playa más linda del mundo.

¡Cada quien que nombre la suya!

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