Alaska: itinerario y costos
Junio 28 a julio 8 de 2019
Nuestro viaje por Alaska comenzó en Anchorage, el punto de partida de la mayoría de los viajeros que visitan el estado número 49 de Estados Unidos. Se trata de su ciudad más poblada, sin embargo la capital es Juneau.
Para este viaje decidimos alquilar una camioneta y acampar donde fuera posible, en compañía de Natalia y Andrés con quienes planeamos todo el recorrido.
Día 1: Anchorage
No teníamos muchas expectativas sobre Anchorage, sin embargo encontramos una ciudad mediana, tranquila y con todas las comodidades modernas. En nuestro primer día recogimos el carro y compramos las cosas necesarias para el viaje por carretera que teníamos por delante.
De la ciudad conocimos el centro, con sus calles pintorescas y llenas de flores en esta época del año, el parque Earthquake, llamado así por el gran terremoto que destruyó un barrio completo, el arroyo Ship donde van los pescadores a probar suerte con los salmones y el parque Kincaid en el que esperábamos ver alces pero en su lugar el recorrido nos llevó por hermosos caminos hasta la playa.
En Anchorage adicionalmente vivimos por primera vez el fenómeno del “sol de media noche”, oficialmente por esta época del año el sol se oculta a las 11:40 pm y sale de nuevo a las 4:30 am, sin embargo en realidad nunca anocheció, lo cual fue una novedad para nosotros, acostumbrados a los días y las noches casi de igual duración en Colombia.
Día 2: De Anchorage a Denali
Esta ruta de 380 km tiene algunos puntos interesantes en el camino, el principal atractivo es ver el monte Denali, la cima más alta de Norteamérica con 6,190 msnm. Nosotros pudimos verlo por momentos y tras una densa bruma ya que ha habido muchos incendios forestales y gran parte de la visibilidad se pierde por el humo.
En el camino paramos en el lago Espejo y en Talkeetna, un pequeño poblado que es la base para quienes van a escalar en Denali. Allí encontramos una calle principal con las tradicionales cabañas del estado convertidas en tiendas y restaurantes. Visitamos el museo local donde lo que más nos gustó fue la exhibición relacionada con la montaña, almorzamos en Talkeetna Roadhouse, el restaurante más tradicional del pueblo y visitamos las oficinas del parque nacional donde vimos una película sobre el Denali y aprendimos mucho más de este lugar.
Muchos catalogan a Denali como la montaña más difícil de ascender del mundo. A pesar de no estar tan alta como el monte Everest, su ubicación geográfica tan al norte hace que las temperaturas sean aún más extremas. En verano es posible que en la noche se registren -40 grados centígrados y en invierno es prácticamente un suicidio intentar el ascenso. Cada temporada se emiten permisos para 1,500 personas y este año casi el 50% ha logrado la cima con éxito.
Día 3: Parque Nacional Denali
Este parque fue establecido en 1917 para proteger su frágil ecosistema. Hay una carretera de 120 km que permite el acceso a una gran parte del parque, sin embargo los particulares no pueden ir más allá del kilómetro 24 y desde los años 80’s se estableció un sistema de transporte en autobuses con dos opciones: los verdes para movilizarse y los café para tours guiados.
Nosotros tomamos uno de los tours que llega hasta Kantishna. Por 12 horas se recorre toda la carretera con un naturalista que se encarga de explicar a los turistas todo lo relacionado con la flora, fauna e historia del parque. Aunque el clima no fue el mejor, nublado todo el tiempo y con lluvias después del medio día, pudimos ver osos grizzly, alces, caribúes, ardillas, conejos, ovejas, zorros, águilas doradas y otras aves.
Es importante tener en cuenta que el parque es muy extenso y la población de animales aunque es importante no es tan alta como para tener encuentros permanentes con ellos. Sin embargo el parque se encuentra en equilibrio, viven los animales que el ecosistema puede mantener.
Día 4: Fairbanks
Esta ciudad es llamada la puerta del norte ya que desde allí sale la carretera que sigue hacia el círculo polar hasta la bahía Prudhoe. Uno de los atractivos locales son las aguas termales del río Chena donde por US$15 se puede disfrutar de una piscina interior, otra exterior y algunos jacuzzis. El lugar queda a 1 hora de Fairbanks y en el camino pudimos ver un alce pastando al lado de la carretera.
Visitamos también el Centro Cultural, un lugar recomendado para entender mejor el estilo de vida de los diferentes pueblos de Alaska a lo largo de las diferentes épocas que ha tenido el estado. Asistimos a una representación realizada por algunos jóvenes de la región quienes compartieron sus tradiciones combinándolas con la música local.
Día 5: De Fairbanks a Lago Paxson (Richardson Highway)
En este recorrido de casi 300 km paramos en una ciudad llamada “Polo Norte”. Según nos contaron en el centro de visitantes, el lugar se estableció con la llegada de un empresario que quiso crear allí una fábrica de juguetes y asociarlo a la leyenda de Santa Claus, sin embargo la compañía no tuvo muchos resultados dado el costo que implicaba llevar los juguetes al resto del país y las difíciles condiciones de vida durante el duro invierno. Aunque la fábrica cerró, se estableció una pequeña comunidad donde su principal atractivo es un enorme almacén donde siempre es navidad y se puede comprar toda clase de decoración.
La carretera nos fue llevando hacia la cordillera de Alaska, la misma a la que pertenece Denali, donde hermosas montañas nevadas aparecían constantemente en el horizonte, así como lagos y bosques. También pudimos apreciar la tubería que permite transportar el petróleo desde la Bahía Prudhoe hasta la península de Valdés desde donde se transporta en barcos. La tubería fue una enorme construcción durante la década de los 70’s, con un costo estimado de US$8 billones y más de 70,000 personas involucradas en la construcción, en un período de 3 años se terminó la obra. Los constructores tuvieron que enfrentar varios desafíos como las bajas temperaturas y el terreno en muchas partes compuesto por “permafrost” en el que se mezclan el hielo y la tierra. Para impactar lo menos posible este frágil ecosistema, la tubería en gran parte del recorrido está elevada y así se evita que la temperatura del petróleo pueda derretir el hielo.
Esa noche dormimos en el Lago Paxson donde encontramos un hermoso campamento del gobierno con los servicios básicos en medio de un bosque de pinos. Lamentablemente también encontramos una enorme comunidad de zancudos que hicieron que nuestra estadía fuera menos cómoda.
Días 6 y 7: Glacierview
Esta pequeña población de menos de 300 habitantes es en realidad un asentamiento de diferentes servicios a lo largo de la carretera. El principal atractivo es el glaciar Matanuska, el más accesible de Estados Unidos. Aunque es posible visitar el glaciar de manera independiente, elegimos una excursión con la empresa Mica que nos permitiría caminar sobre el glaciar y llegar a algunas zonas inaccesibles sin el equipo apropiado. En el tour de casi 4 horas pudimos adentrarnos un poco en la base del glaciar y observar las hermosas formaciones que se transforman cada día.
Los glaciares se forman con la acumulación constante de nieve en la cima de las montañas. Cuando la nieve se va compactando, se empieza a desplazar por las laderas, en un proceso que toma cientos de años. Este glaciar en particular tiene 43km de longitud y 6.4km en su parte más ancha. Cada día se mueve 30 cm y está retrocediendo permanentemente debido al calentamiento global.
Adicionalmente realizamos una pequeña caminata en los alrededores de nuestro campamento, con la esperanza de encontrar algunos animales silvestres, sin embargo la vegetación era bastante tupida y aunque pudimos detectar algunos movimientos, no tuvimos éxito en ver claramente ningún animal.
Otra actividad muy importante para hacer aquí es comer en el restaurante de Sheep Mountain (nuestro campamento), su postre de frutos rojos ha recibido reconocimientos a nivel nacional y es un clásico de todos los que recorren esta carretera.
Día 8: De Glacierview a Seward
En este recorrido paramos en una granja de bueyes almizcleros, una especie propia de la zona ártica que fue reintroducida a Alaska en los años 70’s. En la granja tomamos un tour de 1 hora en la que nos contaron sobre la historia de estos fuertes animales los cuales están en proceso de domesticación, un proceso que estiman tomará más de 300 años ya que no están haciendo ninguna manipulación genética. Por ahora la granja se sostiene con la lana que extrae del pelo de los bueyes y con el turismo.
También visitamos la población de Whittier, un puerto sobre los fiordos al que se llega a través de un túnel de 4 km que inicialmente fue construido para el tren y posteriormente acondicionado también para los vehículos. Es el único punto en el que tuvimos que pagar peaje en todo nuestro recorrido y dado que el espacio del túnel es limitado, hay unos horarios y se debe hacer fila para cruzarlo. Whittier tiene una bahía profunda muy bonita, rodeada de montañas nevadas, sin embargo su principal curiosidad es que todos los habitantes del pueblo (aproximadamente 230) viven en un solo edificio donde además tienen todos los servicios: supermercado, escuela, policía, entre otros. Para los locales resulta bastante conveniente en los meses de invierno donde las bajas temperaturas del lugar hacen muy difícil salir al exterior, al encontrarse todos en el mismo edificio bajo un ambiente controlado es mucho más práctico para ellos seguir con su vida normal.
La carretera de Anchorage a Seward es considerada una de las más escénicas de Alaska, sin embargo nos tocó completamente cubierta por el humo de los incendios de la región y no pudimos apreciarla como era debido.
Día 9: Crucero por los fiordos
Desde Seward tomamos un crucero de 8 horas y media por los fiordos con el objetivo de observar algunos glaciares y la vida marina del lugar. La mañana comenzó con una espesa neblina, sin embargo a los pocos minutos ya nos habíamos cruzado con una nutria que flotaba boca arriba plácidamente y pudimos ver adicionalmente muchos pájaros (incluyendo los Puffins, que solo viven en Alaska), leones marinos, focas y algunas ballenas jorobadas.
Elegimos el recorrido más largo de una empresa con barcos pequeños ya que así pueden acercarse más a los animales. El almuerzo está incluido y a bordo un naturalista nos iba dando una explicación sobre la formación de los fiordos, los glaciares y la vida marina que encontramos.
Nuestro destino principal fue el glaciar “Northwestern”. Al acercarnos al glaciar pudimos ver muchísimas focas flotando sobre los enormes trozos de hielo y también por un momento sentir cómo los bloques golpeaban sobre el barco en la medida en que los sobrepasábamos.
Día 10: Anchorage
Planeábamos pasar un día más en Anchorage y visitar el museo de la ciudad pero recibimos una notificación de cambio en nuestro primer vuelo (Anchorage – Phoenix) que implicaba perder la conexión a Miami. Luego de pasar un buen rato en el teléfono logramos conseguir otra opción que nos implicó salir más temprano y por lo tanto cambiar nuestros planes. Natalia y Andrés tomaron un vuelo diferente y pudieron visitar el museo, a ellos les gustó mucho y lo recomiendan.
Costos para visitar Alaska
Alaska no es un destino económico ya que al ser un lugar bastante alejado desde el tiquete aéreo hasta el valor de las cosas es más alto que en el resto de Estados Unidos, sin embargo lo recomendamos muchísimo, en especial para quienes tengan interés en la naturaleza como nosotros. Estos fueron nuestros costos (en USD).
- Alojamiento:
- Solo estuvimos en hotel en Anchorage. Una habitación doble con baño compartido cuesta aproximadamente $85.
- Camping: encontramos valores muy diferentes según el lugar. En los campamentos del gobierno $5 por persona y $30 por carpa en Denali Grizzly Bear Resort. Generalmente las duchas no estaban incluidas y costaban $0.25 por minuto.
- Comida:
- En restaurante casual con una cerveza en promedio $30 por persona.
- Nuestro mercado para los campamentos nos costó $85 por persona (7 desayunos, 7 almuerzos, 6 cenas).
- Transporte:
- Alquilamos una camioneta 4×4 y pagamos $1,300 por 10 días.
- En combustible nos gastamos $225 en total.
- Recorrimos aproximadamente 2,500 km.
- Actividades: estos valores no incluyen las propinas
- Bus en Denali: $237.5 por persona
- Caminata en el glaciar: $109 por persona
- Crucero por los fiordos: $243.5 por persona
Recomendaciones
- El verano nos pareció una buena época para visitar Alaska, sin embargo no es posible ver las auroras boreales ya que hay tanta luz las 24 horas que el fenómeno no se aprecia (la temporada va desde finales de agosto hasta mayo aproximadamente). Aun en verano algunos días eran bastante fríos por lo que es importante llevar ropa térmica, en el recorrido por los fiordos particularmente hizo mucho frío.
- Los campamentos suelen estar muy bien organizados y limpios. En los del gobierno algunas veces no hay duchas y los baños son letrinas.
- Para el recorrido del bus en Denali es importante buscar lugar en las primeras posiciones, estábamos en la parte de atrás y la visibilidad era poca.
- Para quienes quieran acampar hay donde abastecerse en REI tanto de Anchorage como de Fairbanks. Nosotros inclusive tuvimos que cambiar nuestra carpa (que habíamos comprado en REI 7 años atrás y nos reconocieron la garantía).