“Pole pole” Ascenso al Kilimanjaro
[11 al 16 de julio de 2011]Día Uno: Una experiencia diferente
Nuestro amigo Fred, el abuelo, nos recogió muy temprano para llevarnos a la puerta de entrada Machame a dos horas de Arusha. Esta es una de las tantas entradas que tiene el parque Kilimanjaro y desde donde se hace la ruta Machame, la cual es un poco más larga que las otras y carece de albergues, por lo que todas las dormidas deben ser en carpa. Allí en este lugar situado a 1.800 metros sobre el nivel del mar (msnm), conoceríamos a nuestros guías, porteadores y cocinero, e iniciaríamos el ascenso de 4 días hasta el Stella Point y el pico Uhuru, la punta más alta del Kilimanjaro y de todo África.
Al escoger esta ruta, un poco más exigente, Alex y yo pensamos que podíamos tener un ascenso tranquilo, desongestionado de turistas. Nuestra primera sorpresa al ingresar al parque fue darnos cuenta de que estábamos completamente equivocados. La cantidad de turistas era inimaginable. Nuestra segunda sorpresa fue conocer nuestro equipo de apoyo para el ascenso: se trataba de 5 porteadores (Jakobo Matayo, Agrey Mmbacydo, Yobu Mlay, Novati Samba y Fedriki Kajia), 1 cocinero y asistente (Venance Mmbando) y 1 guía (Erigard Tarimo). Eran 7 personas que nos estarían acompañando para ayudarnos a hacer un ascenso exitoso. Para mí esto fue totalmente abrumador, viniendo desde Colombia, en donde llegas a los parques y sólo te tienes a ti mismo para hacer tus aventuras. Debes cargar todo el peso, cocinar tu propia comida y sobretodo, saber hacia donde te diriges. Días atrás, en Arusha, luego de hacer múltiples averiguaciones llegué a la conclusión de que esta era la única forma de hacer el ascenso. Efectivamente estaba en lo correcto. Pude notar que todos los turistas, sin excepción alguna, traían consigo un similar número de ayudantes.
Luego de pesar el equipaje nuestro y el de cada uno de los integrantes para verificar que nadie cargara más de 20 kilos y de pagar la cuantiosa suma de 1.268 dólares al parque como concepto de permisos de ascenso, camping e ingreso al parque, a eso de las 12 PM iniciamos el largo recorrido.
Alex y yo comenzamos a caminar en compañía de Venance. Llevábamos un equipaje liviano que distaba mucho del que solemos llevar cuando vamos a acampar. Un buzo delgado de polartec, una chaqueta y pantalón impermeable, la cámara y 2 litros de agua por persona. El resto del equipaje, dos morrales de 8 kilos cada uno, lo llevaba uno de los porteadores.
El camino atravesaba la ladera de la montaña a lo largo de un extenso bosque húmedo tropical que logramos sortear en unas 2 horas y media de recorrido. Era un camino fácil, bien marcado que hubiésemos podido hacer en una hora menos si nuestro acompañante no nos dijera constantemente “pole pole” “despacio, despacio”. Durante la tercera hora de recorrido comenzamos a ascender lentamente y pudimos notar como íbamos dejendo el gran Valle del Rift atrás, al mismo tiempo que la vegetación se transformaba en pequeños arbustos rebosados de un hermoso musgo que lucía como barbas. Dos horas tardó este agradable asenso hasta llegar al primer campamento, Machame a una altura de 3.000 msnm. Este campamento esta ubicado en gran risco que se deja ver cuando la montaña cambia de pendiente para permitir un ascenso mucho más pronunciado. Una vez allí, pudimos notar la gran cantidad de carpas ubicadas en el lugar, tantas que era difícil hacerse a un espacio. Sin embargo, uno de los porteadores que había llegado antes al campamento, había podido ubicar, para nuestra fortuna, un buen lugar para nuestras tiendas.
Alex y yo llegamos en buena forma, descansados y contentos luego de “pole pole” haber disfrutado de un agradable recorrido de 4 horas y media. Para aclimatarnos mejor, sólo llevábamos puesta una camiseta transpirable y tratábamos de soportar el frío viento proveniente de las nieves perpetuas del Kilimanjaro ya visible desde algunas partes del campamento. Durante el recorrido como también en Machame, pudimos notar muchas nacionalidades y diferentes tipos de personas: franceses, italianos, chinos, americanos. La mayoría de ellos con un común denominador: lucían una forma atlética y un equipo de primera, lo cual ya hablaba un poco del reto al que nos estábamos enfrentando.
La ropa que nosotros llevábamos, si bien estábamos convencidos de que nos protegería de las arduas condiciones de la montaña, era justa y no daba cabida a errores. Cada uno llevaba ropa interior térmica, tres camisetas, un pantalón transpirable y de rápido secado, un buzo liviano de polartec y uno grueso equipado con windstoper, dos pares de medias transpirables y térmicas, un par de botas con membrana goretex, una chaqueta y pantalón impermeables con goretex, unas sandalias y unas polainas. Para un recorrido de tantos días en un clima tan extremo, debíamos ser cuidadosos con nuestra ropa. Esto no es más que tratar de mantenerla limpia y seca a como de lugar. Nos sentíamos confiados. Sin embargo, al ver el atuendo de la mayoría de los otros turistas cargado de múltiples chaquetas y pantalones y cuyo equipaje fácilmente duplicaba en volumen al nuestro, nos preguntábamos si extrañaríamos allá en las heladas laderas del Kilimanjaro nuestras abultadas chaquetas de plumas y pantalones térmicos dejados en Bogotá por falta de espacio.
Día dos: aclimatación
A las 6 y 30 de la mañana suena el despertador y casi al instante uno de los porteadores, Agrey, abre la puerta de la carpa para ofrecernos una tasa de té caliente.
La noche anterior había tenido que salir en varias ocasiones de la carpa. Con dificultad para conciliar el sueño, aprovechaba esas salidas para explorar el campamento como en busca de algo, de una señal de vida, pero siempre lo encontré lugubre desolado. Sin vida. Pude imaginarme a cada una de las personas en la carpas, unas durmiendo placenteramente, otras enfermas, otras como yo, sin poder conciliar el sueño. A eso de la media noche logré quedarme dormido. Tuve un sueño pesado, relajante y a las 5 y 30 am desperté al sentir algo de hielo en mi cara. Todo estaba congelado a nuestro alrededor, las paredes de la carpa, el rocío sobre los sleepings bags, las pequeña gotas de sudor que había dejado en mis botas. Sólo fue salir de nuestros sacos de dormir para sentir que al amanecer, en estas tierras a 3.000 msnm, helaba gracias a la presencia del Kilimanjaro, piedra gigante de hielo, que se encargaba de traer sin cesar los vientos más helados.
La cuesta que teníamos que subir era corta pero empinada, así que comenzamos a caminar con nuestro guía, Erigard, a un paso muy lento. Él siempre adelante, cuidando de que no fuéramos a ir muy rápido y por lo tanto incrementar el riesgo de sufrir mal de altura. En este trayecto se debe tener especial cuidado ya que se gana altura muy rápidamente a lo largo de un frío risco asolado por el viento. Nosotros paso a paso subíamos mientras nos despojábamos del buzo polar para sentir un poco más el cálido sol de la mañana y permitir al sudor una rápida evaporación. Dos horas mas tarde, con el Kilimanjaro al fondo, lográbamos ver el campamento de la noche anterior como un pequeño punto mientras atravesábamos una planicie de páramo colmada de frailejones. Erigard nos insitaba a parar constantemente, pero nosotros nos negábamos argumentando que es mejor ir despacio pero sin descansar ya que así se impide que el cuerpo se enfríe rápidamente por la falta de movimento. Al medio día hicimos una parada para almorzar en la que nuestro cocinero, Venance, nos preparó una deliciosa sopa de vegetales acompañado de pan y fruta fresca. Emprendimos de nuevo el recorrido y una hora más tarde llegamos al campamento Shira a 3.800 msnm. Este lugar era bastante amplio y aunque ya estaba atestado de carpas, aún quedaban buenos lugares que nos dispusimos a ocupar. Tras eregir nuestra tienda, pasamos el resto de día explorando el lugar, yendo de un lado a otro, avistando pájaros, mientras soportábamos los vientos fríos que con frecuencia opacaban el ardiente sol del momento.
Día tres: The Lava Tower
Con la misma rutina del día anterior, comenzamos a caminar a las 8 y 30 AM. Erigard nos condujo a una larga cuesta hacia el oriente del campamento. Andabamos como siempre a un paso muy moderado, mientras en el horizonte contemplábamos un hermoso paisaje compuesto por el monte Meru, el segundo más alto de Tanzania, por encima de las nubes. A nuestro costado derecho podíamos siempre observar la cara occidental del Kilimanjaro.
La noche había sido un poco más fría que la anterior, pero ahora con el calor de la mañana, caminábamos usando sólo una camiseta de manga larga. El viento arreciaba fuerte, pero la cuesta era empinada y nuestros cuerpos lograban sobreponserse con el calor de ejercicio.
Tres horas y media más tarde, a una altura de 4.300 msnm nos detuvimos para almorzar. El equipo, que apenas acababa de llegar tardó una hora más para preparar el almuerzo que disfrutamos al aire libre entre un viento helado y un sol intermitente. Desde allí, pudimos divisar el punto más alto del recorrido del día, a 4.600 msnm, justo en la falda de una hermosa formación de roca llamada La Torre de Lava. El terreno en esta parte del recorrido ya era totalmente estéril. Sin vida, se componía de rocas y mucha tierra seca. Era la morrena del Kilimanjaro al cual ya le estábamos pisando su parte más baja.
Reanudamos el recorrido a las 2 PM y media más tarde ya nos encontrábamos justo al lado de La Torre de Lava. En ese punto el Kilimanjaro se podía observar en toda su expresión. Se trataba de la cara occidental, desde donde en algunas ocasiones se podía hacer la cima a través de un paso conocido como el Western Bridge. Desde allí, la podíamos ver tan cerca, como si en tan sólo unas horas pudiéramos tocarla, pero no. Las distancias en las montañas son bastante engañosas y nuestro destino aún tenía día y medio de camino. Luego de unas fotos de rigor, continuamos nuestra ruta desendiendo hacia el próximo campamento: Barranco, ubicado a 3.910 msnm. Tardamos dos horas más en llegar, atravesando un hermoso bosque de frailejones gigantes. Acá, a diferencia de los que conozco en Colombia en el Parque de los Nevados, Sierra Nevada del Cocuy y Cerros de Bogotá, los frailejones son mucho más grandes y sus hojas carecen de pelos. Al llegar a Barranco, a las 4 y 30, caminamos un poco y obsevamos el Nevado, cuyo costado occidental está a solo unos metros del lugar. Alex y yo nos encontrábamos bien de salud, señas de que nuestros cuerpos estaban asimilando bien la altura. A las 6 y 30 tuvimos una deliciosa cena para que luego la temperatura que había caído abruptamente, nos obligara a refugiarnos en nuestras tiendas de dormir.
Día cuatro: Mal de altura
Bueno, este día sería importante porque llegaríamos al campamento desde donde haríamos el atraco a la cima.
El recorrido comenzó como de costumbre a las 8 y 30 de la mañana. Sería un recorrido de 6 horas en que ganaríamos altura hasta el campamento Barafú a 4.600 msnm. La dificultad de la ruta no se hizo esperar cuando nos obligó a tomar un camino de 500 metros en ascenso por una montaña cuya pensiente era de 60 grados. Sortear esa parte del camino no tomó cerca de 1 hora y media, para darnos cuenta de que debíamos descender por un cañón, en el que los mismos porteadores caían frecuentemente. El Kilimanjaro, que estaba siempre a nuestro costado izquierdo, se prestaba como modelo para monumentales fotos.
Así transcurrió esta caminada, entre un sol abrazador, mezclado con unos vientos helados que nos hacían palidecer de frío aún en las cuestas mas empinadas.
El campamento Barafú se encuentra literalmente en la falda de la montaña entre un terreno rocoso que años atrás estuvo cubierto por las nieves perpetuas del Kilimanjaro. Era un lugar frío sin escondite alguno para los vientos provenientes de la montaña. Allí, refugiado en nuestra bella carpa Mountain Hard Wear, sucedió algo inesperado. Comencé a sentir una náuceas terribles, un fuertísimo dolor de cabeza, mucho dolor de estómago y una tos seca que raspaba sobre mi pulmones. La situación era evidente, yo, David Posada, que tantas veces había visitado las altas montañas del Parque de los Nevados y la Sierra Nevada del Cocuy y que entrena frecuentemente en los páramos de los alrededores de Bogotá, estaba experimentando el primer mal de altura, o soroche como lo llaman en Colombia, de mi vida. No lo podía creer, en las puertas del Kilimanjaro a tan solo unas horas de comenzar el camino a la cima, me sentía impotente, débil, enfermo, vulnerable. Era algo que ya veía venir, pues los días anteriores había tenido poco apetito y el estómago revuelto y, durante el último ascenso de hora y media al campamento Barafú, había sentido un cansancio profundo caracterizado por una respiración bien agitada. Allí en mi carpa, sudando para no vomitar y reteniendo la tos, tomé una decisión irresponsable: disimularía el mal de altura y en vez de hacer lo que se recomienda que es descender lo más rápido posible, pasaría la madrugada ascendiendo los 1.300 metros en vertical que separaban nuestro campamento de la cima de la montaña. Le dije a Alex que me diera unas pastas para el dolor de cabeza y me acosté a dormir. Eran las 9 de la noche cuando cerré los ojos, conciente de que dos horas más tarde, a las 11 PM debíamos estar en pié alistándo el equipo para la cima.
Día cinco: La cima enferma
A las cero horas del viernes 15 de Julio de 2011, Alex y yo en compañía de Erigard y su asistente Venance, inciamos el camino a la cima del Kilimanjaro, el punto más alto de toda África. Un camino que nunca olvidaríamos.
Minutos antes en mi tienda de dormir, con mi cabeza revuelta de pensar en mi malestar, pude notar mi debilidad cuando estaba doblando nuestros colchones inflables. Literalmente no tenía fuerzas. Ya no tenía el dolor de cabeza, pero las náuseas y tos persistían. No había pegado los ojos y antes de partir no fui capaz de ingerir el más mínimo vocado. En esas condiciones enfrentaría las 6 horas de ascenso y vientos helados. Sin pensarlo dos veces alcancé a pedirle a Alex un Mareol por si mis ganas de vomitar se volvían incontrolables.
La montaña no se hizo esperar para mostrarnos la dificultad de conquistar su cumbres. El camino era muy empinado, en un inicio compuesto por rocas, seguido de una arena que no te dejaba avanzar. Era la parte final de morrena larga y gigante que habíamos comenzado a recorrer el día anterior. Como si fuera poco, el clima era terrible. A solo hora y media de camino nos vimos en la obligación de usar las 6 capas de ropa que habíamos previsto para todo el ascenso, confiando que la cima con el calor del sol de madrugada no nos sorprendiera con algo adicional. A las 3 horas y media de camino, cuando cruzamos la barrera de los 5 mil metros, nos dimos cuenta de una cruda realidad: nuestra agua del Camel Back se había congelado y nuestros guías, acostumbrados a hacer el ascenso sin líquido, solo llevaban un termo con agua caliente para compartir con nosotros un te en la cima. Que inexperiencia. Con razón veíamos a los europeos, acostumbrados a los fríos inviernos de sus países, guardando su agua en recipientes termoaislantes.
Erigard iba adelante marcando un moderado paso, seguido por Alex, luego yo y finalmente Venance. Una vez comenzamos el ascenso por las rocas, pude sentir mi debilidad y malestar. En mi mente decía: 6 horas así, no van a ser divertidas. Me costaba trabajo seguir el paso puesto por Erigard y mi tos se había incrementado bastante. Continuamos el ascenso en fila india, cruzándonos frecuentemente con otros grupos. Sólo se oían los pasos y el fuerte viento, nadie decía una palabra, cada uno solo consigo mismo y con la montaña. Constantemente le preguntaba a Alex, cómo vas? Y ella siempre me decía entre dientes “bien”, hasta que en una ocasión, cuando ya llevábamos un poco mas de tres horas de ascenso, se volteó y me dijo mirándome fijamente: “estoy hecha una mierda”. Hicimos una parada y Alex me comentó que le dolía todo el cuerpo, que tenía mucho frío en las manos y en la cara, pero que sobretodo, no podía respirar. En ese momento me dijo que quería devolverse y entre Erigard y yo la convencimos de que siguiera haciendo cuantas paradas fueran necesarias. Así transcurrieron las siguientes casi 4 horas, entre paradas acompañadas de agua caliente y chocolate, mi tos y los jadeos de dolor de Alex. Yo en mi debilidad no la pude ayudar como muchas veces lo he hecho: empujándola suavemente desde atrás o amarrándola con un cordino a mi cintura. En esta ocasión no pude, no tenía la más mínima fuerza, mis músculos no me respondían, mi respiración me fallaba. Cuando nos faltaban solo dos horas de camino, tuve la certeza de que fuera cual fuera nuestro estado, llegaríamos a la cima.
A las 6 y 15 de la mañana, con el sol apenas asomándose, enfermos y débiles, Alex y yo nos paramos en el punto más alto de África, en un lugar llamado Stella Point a 5.730 msnm. Con grandes glaciares decorándola, en esta época del año lucía calva, sin nieve, pero hermosa. Sólo 5 minutos más tarde, con lágrimas en sus ojos y tiritando de frío, Alex me dijo, “bajemos ya”. Con todo el esfuerzo sobrehumano que acaba de hacer para llegar allí, en gran parte para no defraudarme, no pude negarme así que comenzamos el descenso inmediatamente.
Ya sin la adrenalina del reto de la cima llegué al campamento, 3 horas más tarde, completamente destrozado. Mi cabeza estallaba, estaba deshidratado y la tos y las náuseas persistían. Me acosté en la carpa y un par de horas más tarde, al ver que mi situación no mejoraba, le pedí al guía que descendiéramos lo más pronto posible a otro campamento. Así fue y tras haber caminado 10 horas la noche anterior, mareado y con la cabeza hecha pedazos descendimos durante 3 horas y media al campamento Mweka ubicado a 3.100 msnm. Aquí pasaríamos la noche para finalizar nuestra travesía por el Kilimanjaro en la puerta del parque ubicada a tres horas de este lugar.
Alex y yo nunca olvidaremos esta travesía por sus bellos paisajes, la magia del lugar, la excelente comida, las agradables caminadas, pero sobretodo por el tortuoso camino que padecimos hacia la cima. Pensamos que éramos invencibles. Pero no, dos meses de viaje sin hacer ejercicio cobraron su cuota a 4.500 msnm en el campamento Barafú a cuestas del monte Kilimanjaro.
David P.
Te invitamos a suscribirte para que estés al tanto de todas las actualizaciones del blog:
Y a seguirnos en redes sociales:
Alexandra
17 julio, 2011David yAlex,felicitaciones por esa aventura,realmente ustedes son unos heroes los amo abrazos
malaquita
17 julio, 2011Filma, Nos haces mucha, mucha falta. Gracias por estar siempre tan pendiente de nosotroa y tranquilita que ya pronto nos vemos y que Alex ni se ha congelado ni ha aguantado hambre. Solo sufrió un poquitico lllegando a la punta del Kilimanjaro y viniendo en bus desde Dae Es Salaam si aguantamos hambre porque se varó como 9 horas en medio de la nada. Un beso grande. David P.
Héctor
17 julio, 2011Apreciados David y Alex:
Felicitaciones por otro reto y sueño cumplido. Nos siguen estimulando con sus acciones. Ejemplares actitudes y comportamientos.
Un abrazo,
Anama, María, Mateo, Juanita y Héctor.
malaquita
17 julio, 2011Chicos. Muchas gracias por seguirnos y animarnos con mensajes tan bonitos. Un abrazo a todos,
David P
Andrea
17 julio, 2011Davico! Que descripcion tan exquisita!! Disfruto tanto sus escritos! Podria jurar que estuve con ustedes de paseo ;). Rezo mucho para q Dios los siga cuidando. Sigo pendiente de cada escrito!!
malaquita
18 julio, 2011Andre, que chévere que te encanten mis relatos. He descubierto un placer exquisito en escribir y en compartir con mis amigos estas aventuras. Te mando un beso y un abrazo.
David P
jhincapie
18 julio, 2011Alex, David, que buena historia. Que ganas me dan de hacerlo, pero no se si tenga la fuerza y determinacion tan fuertes que ustedes han mostrado. Un abrazo!
malaquita
18 julio, 2011Pica, gracias por tu comentario y por seguir nuestra aventura 🙂 cada uno se plantea metas muy ambiciosas (como las tuyas, las cuales admiro), así es que todos los días, de alguna forma, estamos conquistando montañas. Un abrazo, Alex
Caro
18 julio, 2011David y Alex se me aguoooo el ojo leyendo esto!!! Ustedes son lo maximo, son ejemplo, son unos berracos, cada dia los admiro mas!!!! Felicitaciones, sigan cumpliendo sus suenos y sobre todo sigan llegando lejos!!! Los quiero mucho y estoy siempre enviandoles la mejor energia !!!! Ufff….
malaquita
18 julio, 2011Caro, hermosa, siempre te tenemos en nuestro corazón. No te imaginas lo mucho que nos alegra saber que amigos como tú siguen nuestros pasos. Gracias por tus palabras tan bonitas 🙂 Alex y David
malaquita
18 julio, 2011Carito,
Que bueno leer este comentario. Saber que andas viva en las lejanas tierras australianas. Te agradezco tus palabras. Cuando será que vuelves pues a Colombia? O, como mi hermanito, te quedarás viviendo en uno de los mejores países del mundo. Es una decisión difícil, pero Colombia necesita muchas personas como tu. Mandale un saludo a Jaime. Besos,
David P
RICKY RIOS
18 julio, 2011David lei tu blog que buena experiencia te felicito a vos y a alex por este reto…
malaquita
20 julio, 2011Gracias Ricky por el mensaje. Un abrazo. David P.
Dora
18 julio, 2011Alex y David, muchas gracias por compartir este hermoso viaje con todos nosotros. Felicitaciones por todo lo que han logrado y les deseamos mucha suerte en el resto del viaje.
Un abrazo
Jose y Dora
malaquita
20 julio, 2011Hola Dora y Jose,
Gracias por estar pendiente de esta gran aventura. Esperamos poderlos verlos ver pronto.
Un abrazo,
Alex y David
Mónica
18 julio, 2011Me enganché con el post, me cogía la cabeza, se me aguaron los ojos, y se me pararon los pelos… no hay palabras… las dos últimas horas las sufrieron como ninguno, qué europeos ni qué nada! Ustedes son mis héroes! David, qué bárbaro cómo aguantaste, y qué bueno que ya sabes cómo es un mal de montaña, se atesorará en tu experiencia y con seguridad podrás ayudar a otros. Qué gran logro amigos, qué emoción sentí, me transporté en los detalles que contaron. Los quiero mucho! (Aplausos)
malaquita
20 julio, 2011Hola Moni,
Si fue un gran logro. Tener mal de montaña por primera vez fue muy duro. Como dices, es una experiencia mas para recordar y aprender. Un beso
David y Alex
Matubela
18 julio, 2011Que emoción! Ese logro!! 😀 un abrazote, muy bacano!!
malaquita
20 julio, 2011Elmo,
Gracias por este mensaje. Esperamos que Irene vaya de maravilla. Un beso.
Alex y David
Carlos Augusto Jaramillo
18 julio, 2011Hola David, un abrazo. Soy Carlos Augusto el papá de Carolina. me compatió esto muy emocionada y después de leerlo entiendo porqué. Mucho´s éxitos y los mejores deseos. Que gran experiencia de aprendizaje
malaquita
20 julio, 2011Carlos,
Tan linda Caro haberte compartido esto.
Que bueno saber se ti. El Kilimanjaro y África nos han dejado muchos recuerdos y experiencias inolvidables. Muchas gracias por tu mensaje. Un abrazo.
David P
Alejandro Cortés
19 julio, 2011Felicitaciones por cumplir tan duro reto, los dos lo han echo, apoyandose mutuamente es perfecto solo de imaginar la cima me das calosfrios debe ser algo dificil de explicar lo que se siente ante tal magestuosidad de la vista desde esa montaña.
Por favor cuidense mucho y les mando un abrazo fuerte a los dos
Piccolo…
malaquita
20 julio, 2011Alejo, así es, no lo habríamos logrado el uno sin el otro! Gracias por seguirnos, esperamos que todo vaya bien en tu vida. Un abrazo, Alex y David
Upegui
19 julio, 2011Los felicito! Son unos duros! Se la gozaron aún con soroche y demostraron que tienen un espíritu tan grande como las cimas que conquistan. Un abrazo…
malaquita
20 julio, 2011Hey Upegui. Que bueno saber de vos. Como ves, nosotros estamos dándonos un descanso. Un abrazo,
David P
patrick
22 julio, 2011los felicitooooooo, unos durossss, que pareja tan bakana…estoy segura que les faltan mil aventuras mas por vivir, superrrr!!
Sandra Molina
23 julio, 2011Alexandra los felicito de todo corazon que aventura tan maravillosa y sigan asi cumpliendo cada uno de sus sueños!!!Un abrazo
malaquita
24 julio, 2011Sandra, mil gracias!!! Que emoción saber que sigues nuestro viaje 🙂 un abrazo muy grande. Alex
Andrés Saldarriaga
10 agosto, 2011Los felicito por tan excelente relato y gran reto cumplido con dificultades, superado con esfuerzo y entereza.
Estaremos en iniciando nuestro expedición el 23 de Septiembre, 2011.
Alguna recomendación adicional a las que hiciste en tu relato ?
malaquita
10 agosto, 2011Hola Andrés,
Muchas gracias por el mensaje, abajo podrás ver algunos comentarios sobre la ruta, adicionalmente, si están acostumbrados a utilizar electrolitos (o cualquier bebida hidratante diferente a agua), a geles o barras energéticas, es muy importante que las lleven desde Colombia, pues ni en Dar Es Salaam ni en Arusha encontrarán algo parecido (no estuvimos en Moshi pero en general no hay mucha variedad en los supermercados de Tanzania).
Mucha suerte y esperamos que logren el objetivo.
David P.
– Hicimos la ruta Machame que dura 6 dias y te lleva al pico Uhuru, que es el mas alto.
– Muy importante que exijas que el guia hable ingles. El nuestro lo hablaba muy mal y por lo tanto la comunicacion se dificulto mucho.
– Exije buena comida. Nuestro cocinero era excelente. Comidas siempre calientes, cantidades de fruta, carne, huevos y pan. Escuche que a muchos los conforman con sandwiches.
– No se descuiden. El camino parece facil, pero el ultimo dia de ascenso a la cima, es muy duro.
– Para el ascenso hay que llevar varias capas de ropa. Interior termicos, camisa manga larga transpirable, polar y chaqueta rompevientos ojala que no sea hardshell (solo para el agua) sino un impermeable softshell que tenga algo insulation en la parte interna. Asi estaran un poco mas calientes. La probabilidad de lluvia en esta epoca del ano es poca.
– Si van a usar Camel Back, incluyan un aislante al tubo, pues este se congela en la primera hora de ascenso a la cima.
– Procuren que la ruta que hagan los lleve a la cima al amanecer. Luego se nubla y no podran ver nada.
– Para referencia, el costo del ascenso fue de 1.780 dolares para dos personas, de los cuales 1.260 dolares van directamente al parque. Yo pude verificar esto, ya que lo pague directamente en la entrada con mi tarjeta de credito. El equipo nuestro estaba conformado por 7 personas: un guia, un cocinero y 5 porteadores. Eso parece mucho, pero no tienes opcion de escoger menos, pues es algo estandar en la mayoria de las companias.
– El precio de 1.780 dolares fue un buen negocio. Estabamos en Arusha y aprovechamos que la compania no tenia mucho trabajo. Ademas les compramos otro paquete para ir al Gorongoro Crater y otras cosas. Generalmente, el precio para dos personas es de 1.900 a 2.000 dolares.
– Una cosa para tener en cuenta. El paisaje no es nada sorprendente para nosotros que hemos visto los paramos de Colombia. Todo es muy similar, siendo este en esta epoca del anno mucho mas seco. Si tienes la expecativa de ver mucha nieve, es mejor que se vayan para el nevado del Ruiz, pues la cima del Kilimanjaro carece de grandes cantidades de nieve. Hay algunos glaciares y sobretodo mucha arena seca y polvorienta.
gloria ines
10 agosto, 2011Hola Alexandra y David. Po rmedio de Andres mi hijo me di cuenta por donde se encuentran es estos momentos. Los felicito y estoy segura que los lugares que sean visitados por ustedes los conoceremos aqui como primicia.
Dios los bendiga y que les siga yendo tan bien.
malaquita
11 agosto, 2011Hola Gloria, qué gusto saber de ti, siempre te recuerdo con mucho cariño. Gracias por tu comentario y eres muy bienvenida a seguir nuestro viaje. Un abrazo, Alex
Natyfer
13 agosto, 2011excelente maravilloso sigan con las historias
malaquita
16 agosto, 2011Naty, gracias por el mensaje que me dejaste en Facebook y por seguir nuestras historias! Saludos a las chicas. Alex
Jenny
25 junio, 2013¡Saludos jóvenes! Mi hija me envió sus comentarios sobre su aventura ya que nosotros (un grupo de 9 de Puerto Rico) emprenderemos esa aventura el próximo mes de julio (2013).
Les confieso, que aunque me he informado bastante me asusta mucho el frío y naturalmente el mal de altura.
Lo que comentan del agua congelada el última día ¿se congeló la que estaba en el camel pack también o sólo los tubos?
Gracias adelantadas y ¡felicidades por la conquista!
Alexandra C
25 junio, 2013Hola Jenny,
Muchas gracias por leernos y por tu comentario. Desde ya les deseamos la mejor de las suertes en esta aventura que van a emprender 🙂 A nosotros se nos congeló el tubo, por lo tanto no pudimos tomar más agua (sólo la del termo que tenían los guías). Seguramente ya habrán leído mucho sobre el mal de altura, pero nunca está de más tomar precauciones extra. Depende de qué ruta vayan a hacer (¿ya lo saben?) pero de todos modos consideren la posibilidad de quedarse una noche extra en algún campamento por encima de los 3,000 msnm. Algo que no mencionamos en el post es que los porteadores y guías esperan US$10 diarios de propina para cada uno. En nuestro caso para un grupo de 7 acompañantes y 6 días de caminata son US$420 de propinas que en principio no teníamos presupuestados.
No dudes en contactarnos si tienes preguntas adicionales. Un abrazo y feliz cumbre.
Alex.
Jenny
28 junio, 2013Saludos Alexandra, gracias por contestarme, la verdad es que la información te la agradezco de véraz.
Nosotros escogimos la ruta de Lemosho pues es mas larga y nos ayuda con lo de la aclimatación. Veo que dormiremos un dia en Shira Camp a 3,500 mts y luego en Shira Camp 2 a 3,840 mts.
Vamos también con una compañia ya que como mencionan, siempre hay que contratar una, además nosotros no somos tan expertos como ustedes.
Tengo dos preguntas que hacerte:
¿Cuánto cargaban de agua en su “camel pack”? Mi esposo y yo tenemos cabida para 2 lts. en el nuestro
¿Hay mucho lodo al principio del camino que hicieron?
Muchas gracias nuevamente, sobre todo por las buenas vibras
Jenny B
David P
29 junio, 2013Hola Jenny,
Te escribe David el esposo de Alexandra.
En la montaña hay que hidratarse muy bien y por lo tanto no debes escatimar en mantenerse constantemente bebiendo líquido.
Un Cammel Back de dos litros por persona está bien. Sin embargo, les recomiendo que la mezclen con electrolitos. Puede ser Gatorade en baja concentración o una mezcla de agua y pastillas que venden en el mercado. Cammel Back tiene unas con sabor a limón que son muy buena. Con esto logras aumentar el nivel de sales en tu cuerpo de una forma más eficiente, pues un consumo de agua excesivo puede bajar la concentración de las mismas y producir un desbalance en el organismo. Adicionalmente, como reserva y para descansar del sabor de la bebida, pueden lleva una botella de 500 ML llena de agua para, de cuando en cuando, alternar con la bebida hidratante. Finalmente, un poco de suero oral al finalizar la caminata no estaría de más. Muy importante, si van a usar Cammel Back, es obligatorio llevar el cobertor aislante del tubo. No se confíen, aunque no lo parezca y el clima sea cálido aún sobre los 4.000 mt, el día de atraco a la cima es muyyy frío.
Con respeto al terreno, eso depende de la época del año. Si es de lluvias, tendrán seguramente un terreno muy pantanoso. Cuando nosotros estuvimos, el terreno estaba muy seco y por lo tanto usamos polainas desde el inicio de la caminata para evitar la entrada de cualquier elemento externo a la bota. En cualquiera de las ocasiones, deben llevar unas buenas botas no rígidas, impermeables (ojalá con membrana de Goretex) y que cubran los tobillos.
Mucha suerte y diversión en la expedición.
Saludos,
David P
bandacerrosmty
24 julio, 2015wow! Alex y David!
Encontré su blog por el post del Pico de Orizaba, soy Adrian; Mexicano… estoy en un grupo del cual comento desde la cuenta (Banda Cerros Monterrey) somos un grupo de montañistas yo creo que igual de apasionados que ustedes, aunque apenas comenzamos con nuestras aventuras entiendo perfectamente cada uno de las palabras en los relatos, nosotros como grupo también ya hemos hecho 5 miles y puff la verdad es una experiencia magnifica, este año esperamos ir al Pico de Orizaba (Noviembre), el año pasada hicimos el Iztaccihuatl, pero hablo por todo en el grupo que nos gustaría vivir este tipo de experiencias como ustedes!
muchas aventuras más! y aunque aquí en Monterrey no existen montañas mas allá de los 3700 msnm hay otras que pueden ofrecer una buena aventura! y claro que son bienvenidos! a Monterrey y México! 🙂
felicidades! y ya los sigo!
http://www.bandacerrosmty.com
bandacerrosmty
24 julio, 2015Reblogueó esto en Banda Cerros Monterreyy comentado:
Excelente reseña… me sentí como si estuviera ahi 🙂