Bangkok, de todo para todos
Regresamos a Bangkok por segunda vez el 26 de agosto de 2254 (no me chiflé, ni viajamos al futuro, según el calendario budista, este es el año), justamente el último día antes de que se nos venciera la visa de Tailandia. Esta vez reservamos en un hotel un poco más central, al lado de una línea del SkyTrain (Royal View), así pudimos ahorrarnos el taxi al hotel, tomando directamente en tren desde el aeropuerto. Caía una fuerte lluvia cuando llegamos y toda la ciudad estaba cubierta por una nube gris.
Aprovechamos la tarde para indagar sobre las diferentes formas y costos para llegar a Koh Tao y decidimos tomar todo el transporte con la empresa Lomprayah, que es básicamente un bus de 8 horas (sale a las 9:30 pm de las oficinas de la empresa) y luego un ferry de 2 horas.
Al día siguiente, aprovechamos un parque cercano para hacer ejercicio aunque el calor y la humedad hacen que sea todo un desafío, nos tuvimos que cambiar de hotel 🙁 porque no tenían más habitaciones y pasamos la tarde en uno de los grandes centros comerciales de la ciudad (Siam Paragon) donde almorzamos en Mc Donalds, tomamos café en Starbucks y vimos una película de Hollywood. Así son las conquistas modernas, gracias a la globalización, las grandes potencias no tienen que mandar ejércitos a apoderarse de otros países, basta con un par de franquicias, de hecho he llegado a pensar que proporcionalmente hay más 7/eleven en Tailandia que en Estados Unidos.
En nuestro último día antes de salir para Koh Tao, luego de hacer deporte nos fuimos para el Gran Palacio, usando una combinación de SkyTrain y bote. Al llegar estaba lloviendo mucho pero teníamos nuestros paraguas a la mano (adquisición en Camboya).
El lugar nos decepcionó mucho. Inclusive le pusimos un nuevo nombre, el “no entry palace”, qué 30 dólares tan desperdiciados! Casi todos los edificios tienen acceso restringido y con la lluvia no se hacía agradable caminar por los jardines. La arquitectura del lugar es impresionante, pero igual a lo que ya habíamos visto en Wat Pho, así es que una hora después ya nos íbamos muy tristes de este lugar.
Tomamos de nuevo el bote y el SkyTrain hasta el mercado Jatujak que sólo está abierto los fines de semana. Es difícil describirlo, decenas de pasillos con almacenes de todo tipo, electrónica, textiles, comida, artesanías… Se encuentra de todo en este lugar. Almorzamos unos kebab deliciosos y un helado turco, recorrimos un poco y nos fuimos a recoger las maletas al hotel para salir rumbo a Koh Tao.
En nuestra ruta hacia la isla conocimos al “bebé mochilero”, un bebé de unos 4 meses viajando con sus papás como si nada, claramente llevaba la mayor parte de su vida en la ruta. Definitivamente una prueba de que las trabas nos las ponemos nosotros mismos, era increíble ver cómo este bebé soportó tranquilamente las horas de espera, las horas de bus y las horas de barco, jamás lloró en todo el trayecto, más aún era un bebé sonriente y adorable!
Volvimos a Bangkok por tercera vez el 13 de septiembre para tomar nuestro vuelo hacia Beijing y aunque nos quedamos un día entero, lo usamos para organizar la ruta en China.
Mis recomendaciones sobre Bangkok:
- Es importante quedarse en un hotel cerca al SkyTrain o al metro, los taxis son costosos, algunos no usan el taxímetro (por lo tanto cobran lo que quieran, otros lo usan pero pasean al turista por todos lados para que valga más) y hay mucha congestión vehicular.
- Los tuk-tuk son impredecibles, si cobran barato esperan llevar al turista a almacenes donde les dan comisión, si no, cobran a veces más caro que un taxi.
- Para alguien que no es budista (como yo, aunque sus principios me gustan), vale la pena conocer algún templo, pero no tiene sentido ir a 50, todos son más o menos iguales y creo que se debe respetar a los que son creyentes en su momento de oración.
- Es una buena ciudad para “aprovisionarse”. Acá hay de todo, los centros comerciales son gigantes, modernos y en general hay buenos precios.
- La comida tailandesa es deliciosa, sin embargo suele ser picante y con toneladas de cebolla. Nuestros favoritos fueron el pollo con nueces y el pollo o cerdo agridulce, ambos acompañados de arroz blanco. Los platos suelen ser pequeños (leímos que los locales piden 3 platos para compartir dos personas), pero la comida suele ser barata.
- Las mujeres Tailandesas son preciosas, se mantienen muy arregladas y al parecer su ideal es mantener la piel siempre muy blanca (venden muchos productos para esto).
- La familia real es toda una institución, venerada y amada por todos. Es algo difícil de entender para nosotros, pero para ellos es motivo de orgullo y admiración. Si visitan Tailandia, tengan en cuenta que hacer algún comentario inapropiado sobre la realeza puede llevarlos inclusive a la cárcel!
- Los hoteles son muy baratos, una habitación de 30 dólares está MUY bien. En la zona mochilera se consiguen camas a menos de 10 dólares, pero los buenos hostales pueden valer lo mismo que un hotel.
Para conocer cómo fue nuestra primera visita a la ciudad, lee este post.
Para conocer el punto de vista de Mónica y Juan Pablo sobre Bangkok.
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Alexandra
25 septiembre, 2011Hermosisimas todas tus historias hija, felicitaciones, abrazotes.
Mónica
4 octubre, 2011Qué belleza la mención! Pues claro, había olvidado que en el Royal Palace no se puede entrar a los edificios 🙁 A nosotros nos fue bien porque nos hizo un día precioso! De acuerdo con todasas recomendaciones, son ciertas! Qué buen post!
Andrea
20 octubre, 2011….aca poniendome al dia con sus historias!.. di vi nas!!..