Borneo, la selva de millones de años
Sarawak, 4 al 6 de mayo de 2017
Borneo es una isla que queda en el Océano Índico y está conformada por los estados de Sarawak y Sabah de Malasia, la provincia de Kalimantán de Indonesia y el pequeño país de Brunei. Llegamos a la isla en la mañana del 4 de mayo a la ciudad de Kuching, capital del estado de Sarawak. Nuestro principal objetivo sería ver la reserva de orangutanes de Semenggoh y la fauna y flora del parque nacional Bako.
Kuching nos sorprendió desde el inicio. Al ser esta una ciudad ubicada dentro de lo que se conoce como una de las selvas más antigua del mundo, no podía más que imaginarme los pequeños poblados como Rurrenabaque en Bolivia o Leticia en Colombia, ambos puerto de entrada hacia grandes extensiones de selva. Pues bien, Kuching distaba mucho de esto. Las calles sucias eran reemplazadas por grandes avenidas, la plaza de mercado por grandes centros comerciales y el arcaico puerto al lado del río por un impresionante Malecón.
Luego de dejar nuestras maletas en el hotel Check In Lodge, nos dispusimos a dedicar el resto de la mañana a recorrer la agradable ciudad y a hacer los planes para los días siguientes. Caminamos por el malecón y en compañía de un buen café planeamos la visita a Baku y a Kota Kinabalu, nuestros siguientes destinos.
Uno de los atractivos de la ciudad son sus edificios coloniales
El barrio chino contrasta con la modernidad de sus centros comerciales
Pasado el medio día tomamos un bus hacia la reserva Semenggoh, situada a una hora de distancia de la terminal principal y lugar ideal para conocer de cerca a los famosos y controvertidos orangutanes de Borneo. Tanto las 9 de la mañana como las 3 de la tarde son los momentos propicios para verlos ya que algunos de ellos se pueden acercar a las plataformas de alimentación.
Una vez en la reserva, aprendimos que esta es una de varias en Borneo y que cuenta con alrededor de 20 individuos que han sido rescatados del comercio ilegal o recuperados de heridas graves en las plantaciones de palma. Los orangutanes están a su libre albedrío en la hermosa jungla del lugar y sólo acuden esporádicamente a las plataformas de alimentación cuando no tienen suficiente alimento. Cosa que puede suceder ya que la extensión de tierra, pese a ser inmensa ante nuestros ojos, no es la necesaria para mantener a toda la población.
Efectivamente, luego de una hora de bus y cerca de 30 minutos de caminada, estábamos parados en la plataforma mientras los guardas de parque hacían diferentes ruidos para atraer a los que estaban cerca. Varios pasaron por el lugar para reclamar una buena porción de bananos y otras frutas y al final contamos con la surte de poder ver al macho alfa, a quien llaman Richie, merodeando por las oficinas administrativas de parque.
Al día siguiente, partimos muy tempranos para el Parque Nacional Bako donde nos quedaríamos una noche. El lugar, situado a una hora en bus y otra media en bote, es famoso por ser el hogar de una de las comunidades más grandes de Monos Proboscis o Narigudos, quienes a su vez son endémicos de la isla. Adicionalmente, el parque tiene 17 rutas de trekking bien marcadas cuya duración va desde tan solo media hora a unas 5 o 6 horas de recorrido.
Pues bien, una vez alojados en una de las básicas habitaciones con a las que cuenta el parque y la cual habíamos reservado el día anterior, nos sorprendió el orden del lugar y el agradable restaurante estilo buffet que por tan solo unos cuantos dólares ofrece las tres comidas principales de día. Esa misma tarde hicimos nuestro primer recorrido en medio de una jungla espesa, húmeda y extremadamente caliente, pero que, de cuando en cuando, nos sorprendía con hermosas vistas. Vimos muchos macacos, quienes no solamente están por montones en el bosque sino también por los alrededores de las oficinas, siempre en búsqueda de comida.
La playa al final de la caminata #2.
Los famosos monos proboscis fueron un poco más esquivos durante el camino ubicándose a lo lejos en las copas de los árboles (en la caminata #2), pero fuimos recompensados al final del recorrido al poderlos apreciar al día siguiente sobre los pequeños arbustos de la playa justo en frente de nuestra cabaña.
En la noche, decidimos pagar un guía que por sólo 10 Ringgit por persona (US$2.5 aproximadamente), te lleva durante más de dos horas por el bosque en búsqueda de animales e insectos nocturnos. A pesar de que no esperábamos mucho de esta caminata, puedo decir que fue de las cosas que más nos gustó de la visita al parque. Nuestros guías, totalmente comprometidos con su trabajo se esmeraron en enseñarnos todo lo que podían. Y lo lograron, no habíamos alcanzado a avanzar 100 metros cuando ya nos estaban enseñando la primera serpiente de tres que vimos en el recorrido.
Durante las casi tres horas de camino, y el infernal calor que nunca cesó, vimos cantidades de ranas, insectos y pájaros. Fue en definitiva una experiencia que valió completamente la pena. Al día siguiente, luego de hacer check out y dejar nuestras maletas, nos dispusimos a caminar hacia el lado opuesto del día anterior. Hicimos un camino de dos horas que nos llevó a una pequeña playa en la cual un bote que habíamos contratado previamente por 30 Ringgits nos esperaba para llevarnos de regreso a las oficinas del parque.
Así finalizaba nuestro viaje por el primer destino de Borneo, la isla que por años ha estado en mis pensamientos y que desde ya comenzaba a revelarnos sus secretos. Muchas sorpresas vendrían más adelante.
Y para finalizar, hay que probar una de las especialidades locales, la torta por capas:
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