El Gran Cañón y la Ruta 66
Gran Cañón del Colorado, 11 de enero de 2013
Un poco cansados, o más bien hastiados de la vida superficial de Las Vegas, decidimos que era justo dedicar el escaso día que nos quedaba a visitar el famoso Cañón del Colorado, ubicado a unos 360 kilómetros al este de Las Vegas.
Para hacer este recorrido, puedes alquilar un carro y hacerlo por tu cuenta o tomar uno de los toures en carro o en helicóptero que ofrecen las tantas compañías de turismo del lugar. Luego de una búsqueda en Trip Advisor, optamos, como de costumbre, por seleccionar la compañía Grand Adventures Tours la cual contaba con muy buenas calificaciones y comentarios y sobretodo porque prometía hacer algunas caminatas en el Cañón. Sería un viaje de 16 horas.
Nuestro guía, Erik nos recogió a las 5:50 de la mañana para luego pasar a recoger a una japonés y un singapurense. 4 turistas en total, contando a mi esposa Alex.
El día comenzó con un desagradable desayuno en McDonald’s (nada de lo se come allí se puede decir que es agradable) para luego hacer la primera parada en la presa Hoover la cual separa justo el estado de Nevada (donde está Las Vegas) con el de Arizona (donde está el Gran Cañón). Hacía frío y solo unos cuantos minutos bastaron para para subir al puente y tomar unas fotografías. Erik nos contó que anteriormente la carretera principal pasaba por encima de la presa, pero que luego de los atentados del 9/11, se decidió desviar la autopista para así minimizar un potencial daño gigante en caso de una atentado. Es difícil a veces imaginar las grandes consecuencias que ha traído para el mundo el nefasto atentado de la torres gemelas.
Continuamos el camino en medio de historias del desarrollo del oeste de Estados Unidos. Aprendimos cómo Las Vegas, un territorio árido y desértico se convirtió en un polo de desarrollo al albergar numerosas familias que llegaban para aspirar conseguir una oportunidad en los trabajos de la presa. Las Vegas, fundado años atrás no era más que un pueblo fantasma ocupado y desocupado en varias ocasiones por jesuitas que no encontraban una forma de tener una vida llevadera. En los años de la presa, el ferrocarril tenía su parada en pleno centro y lo que antes fue un pueblo desolado, se convirtió en un tumulto de desempleados que no encontraron otra forma de vivir que del juego. Salieron las mafias y tras ellos vino la legalización que aplicó el gobierno invitando a las grandes corporaciones a invertir en la zona, convirtiendo a Las Vegas en el centro de entretenimiento más famoso del mundo.
Un par de horas más tarde, tomamos un desvío para conocer el pequeño pueblo de Seligman, gran protagonista de una historia para mi entonces desconocida, pero que luego me causó una fascinación implacable, la ruta 66. Un cuento de un pueblo fantasma que se desvaneció en el olvido tras enfrentar la modernidad y de cómo un solo hombre, el barbero Angel, logró alargar su muerte inevitable por muchos años más. La ruta 66 es hoy en día un destino histórico del oeste de Estados Unidos, un escenario que ha servido de inspiración a muchos artistas entre los que están John Lasseter, quién se inspiró en ella para crear la fascinante película Cars.
Al medio día llegamos a la mitad de nuestro recorrido, El Parque Nacional del Gran Cañón del Colorado. La primera imagen es impresionante. A una altura promedio de 2,400 metros sobre el nivel del mar y con un desnivel que en su punto más extremo alcanzo 1,500 metros, el cañón es totalmente implacable. La vista literalmente se pierde observando su inmensidad y los innumerables pequeños caminos que se divisan a lo lejos con apenas unos pocos caminantes aventurados.
Esta vez no tendríamos tiempo de explorarlo como hubiésemos querido, recorriendo las pequeñas trochas y acampando en un frío invierno que puede llegar a 10 grados bajo cero en la noche. Nuestro recorrido del día sería corto, sólo de unos 5 kilómetros por el filo, apreciando la hermosa vista desde diferentes ángulos y buscando los mejores lugares para la fotografía perfecta.
Así la pasamos por tres horas, con la mirada encendida por su color rojizo y nuestra piel cortada por el helado viento invernal. No hay más palabras para describirlo, es algo que hay que vivir.
Nos despedimos del Cañón al atardecer prometiendo volver en búsqueda de sus más intrincados caminos y tal vez del famoso coyote y del corre caminos. Tres años fue nuestro plazo para volver, ojalá en esa ocasión en medio de un largo viaje que tenemos en mente.
Durante el camino de regreso hubo más historias, pero esta vez fueron de nuestras vidas. Pudimos compartir muchos pensamientos de vida con nuestro guía mientras nuestros foráneos compañero de viaje dormían. Para nuestra sorpresa, en un correo electrónico que intercambiamos con el japonés días más tarde, nos confesó que había quedado sorprendido como en nuestra cultura se podían hablar de tantas cosas con una persona que apenas se acababa de conocer. Ahhhhh viajar, viajar, cómo nos enseña a reconocernos a nosotros mismos cuando apenas entramos en contacto con otras culturas.
Adiós Gran Cañón, adiós Arizona, adiós Nevada. No será para siempre. Volveremos, no para ver tu mundo artificial de casinos y espectáculos ridículamente costosos, sino para explorar tus entrañas naturales.
Algunos detalles prácticos:
- En Las Vegas ofrecen dos tours al Gran Cañón: “West Rim” o “South Rim”. La primera opción está más cerca de la ciudad (por lo tanto es más económica), sin embargo no hace parte del Parque Nacional (aunque sí es parte del cañón). Nosotros hicimos el recorrido “South Rim”.
- Se consiguen tours desde US$100, sin embargo para un recorrido de solo un día es preferible optar por una empresa reconocida y con buenas recomendaciones.
- El punto de partida de nuestra caminata fue el centro de visitantes, desde allí se puede tomar el camino que bordea el cañón, sin embargo también se puede iniciar en cualquiera de los miradores. Hay un bus que hace un recorrido entre los diferentes miradores. Aquí se encuentra la información oficial del parque.
No olvides suscribirte al blog para recibir nuestras actualizaciones y seguirnos en redes sociales: