Gorongosa, el renacer de la esperanza
Gorongosa, 19 al 21 de agosto de 2017
Decidir nuestra ruta por Mozambique nos tomó varios días. Es un país muy extenso, con una línea de costa de casi 2,500 km así es que decidimos enfocarnos únicamente en la parte central donde visitaríamos Vilanculos y Tofo. Sin embargo para llegar allí, viajando por carretera en transporte público como era nuestro objetivo, teníamos que hacer varias paradas en puntos estratégicos, lo que nos ponía a “pocos kilómetros” del Parque Gorongosa.
Pero ¿cómo resistirnos a un safari? la verdad es que Gorongosa fue un parque muy difícil de visitar. Para empezar, sólo hay un lugar para hospedarse, Chitengo, donde un operador privado (Montebelo Gorongosa Lodge & Safari*) ofrece zona de camping, habitaciones y cabañas. Esto implica que la comida hay que consumirla allí mismo, a unos precios bastante altos para África (US$50 por persona el día) y además las opciones de transporte desde/hacia el parque no estaban tan claras para nosotros.
Luego de plantearnos todas las opciones, decidimos comprar una carpa en Blantyre (Malaui) para poder quedarnos en la zona de camping y así bajar considerablemente el costo de la visita que sería de 2 noches. Tras cruzar la frontera, nos quedamos en Chimoio, aún sin tener claro cómo llegar al parque. Por una feliz coincidencia, en Pink Papaya, el hostal en el que nos estábamos quedando, había un grupo de biólogos que iban para el parque a tomar un curso y tenían un transporte privado, luego de hablar con ellos se pusieron en contacto con el conductor quien accedió a llevarnos también por 1,000 meticales (aproximadamente US$16 vs los US$148 que nos cobraba el parque). ¡Todo parecía perfecto! hasta que el transporte no llegó a la hora acordada y apenas a las 2 de la tarde iniciamos nuestro recorrido hacia el Gorongosa. Ya íbamos cortos de tiempo cuando el mini bus se recalentó una, y otra, y otra vez. Lentamente veíamos cómo todo el plan podía fracasar ya que la entrada al parque la cierran a las 6 pm y a las 8 pm nosotros seguíamos en la carretera, con el transporte varado, sin comida, sin un lugar cercano para quedarnos y sin muchas opciones.
Afortunadamente al llegar al parque sobre las 9 pm accedieron a dejarnos entrar y nos llevaron en sus propios vehículos hasta el campamento, ubicado a 15 km. Esa noche cenamos lo que pudimos y armamos nuestra carpa en medio de los árboles, pero resultó ser muy pequeña y tuvimos que dejar la mochila afuera porque no cabíamos. A todo este largo día se sumó un gran disgusto, como no llegamos a tiempo, nuestro cupo para hacer el “game drive” de la mañana siguiente lo habían cedido a otros visitantes y no tendríamos la opción de hacer esa salida que, sin duda, era la más importante para nosotros.
Pudimos entonces hacer dos salidas, una en la tarde del segundo día y otra en la mañana del tercero. Gorongosa es un parque que se encuentra en recuperación ya que durante la guerra civil del país entre 1977 y 1992 la población de animales sufrió considerablemente dado que la mayoría de ellos fueron cazados como alimento de los rebeldes, del ejército o de la población de la zona. Después de la guerra, el país tenía otras prioridades y durante muchos años el parque siguió abandonado hasta que en 2008, el empresario y filántropo estadounidense Gregory Carr propuso al gobierno crear un proyecto conjunto de 30 años para recuperar el parque y, desde entonces, cientos de personas se han entregado a la tarea de recuperar las especies que anteriormente poblaban la región, re introduciendo algunas de ellas desde otros parques para volver a crear el balance que requiere la naturaleza, cuidando el hábitat que es necesario para el florecimiento de la vida y luchando contra los cazadores furtivos que intentan destruir lo poco que queda.
Gorongosa, como todos los safaris, nos entregó momentos únicos, sin embargo es un parque que aún necesita un largo recorrido antes de ofrecer a los visitantes una experiencia de safari completa, el trabajo va por buen camino, pero considerando los costos y la dificultad para llegar, sólo lo recomendamos a quienes ya están en la zona y les queda “fácil” llegar o a quienes ya hayan hecho varios safaris y estén buscando algunas especies que no son tan comunes en otros parques y que acá pueden verse como los Hartebeest y los Reedbuck.
En Gorongosa los elefantes aún no olvidan. Estos impresionantes animales en este parque son más agresivos de lo normal, vivieron la dura guerra, muchos de ellos murieron, muchos pelearon. Ver elefantes no es fácil y puede ser peligroso porque ellos, que viven hasta 70 años y pueden pesar en promedio 7.5 toneladas, vieron cómo su sangre se derramaba sobre esta hermosa sabana. Los elefantes no olvidan lo malos que podemos llegar a ser los seres humanos, ojalá nosotros, nuestras futuras generaciones, tampoco lo olvidemos y luchemos cada día por un mundo en el que pueda recuperarse el equilibrio, con el ahínco que quienes trabajan por Gorongosa lo hacen cada día.
Datos prácticos para visitar Gorongosa:
- Para llegar: desde Chimoio tomar una chapa (mini bus) hasta Inshope y solicitar el transporte del parque desde este lugar. Nosotros llegamos a Chimoio desde Malaui, sin embargo tiene un aeropuerto internacional. Puedes buscar un vuelo usando Skyscanner*.
- Alojamiento: la única opción dentro del parque es Montebelo Gorongosa Lodge & Safari*
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