Cabo Maclear en el Lago Malaui
Cabo Maclear, 6 al 10 de agosto de 2017
El Lago Malaui es el noveno más grande del mundo y el que tiene mayor diversidad de especies de peces. Con casi 30 mil km cuadrados, es un referente importante para la economía del país y su principal atracción turística. De todos los lugares que se pueden visitar, elegimos el Cabo Maclear en la parte sur del lago ya que nos convenía más en nuestra ruta desde Lilongwe, la capital del país, hacia Blantyre, la última ciudad que visitaríamos antes de cruzar hacia Mozambique.
Llegamos a Lilongwe desde Zambia cruzando la frontera Chimoio – Mchinji. En nuestro caso habíamos tramitado la visa con anticipación lo que nos facilitó el proceso, una vez en Malaui tomamos un taxi compartido hasta Mchinji y desde allí un mini bus hacia la capital. Fue nuestra primera experiencia con este transporte colectivo que usaríamos para recorrer los 850 km necesarios para cruzar el país (desde Lilongwe hasta Mwanza), sin embargo la experiencia fue muy diversa, por ejemplo el mini bus que nos llevó a Monkey Bay recorría la autopista a 160km por hora mientras yo, al lado del conductor y sin cinturón de seguridad intentaba no imaginarme saliendo disparada por el vidrio panorámico, totalmente diferente al mini bus que usamos para ir de Blantyre a Mulanje y que se tomó 2 horas y media en recorrer 66 km. Sin embargo, invariablemente, el mini bus lleva más personas de las que uno puede imaginarse, se detiene cada pocos kilómetros y las sillas son definitivamente incómodas.
En el Cabo Maclear nos quedamos en el Ecolodge, un alojamiento operado por la ONG HEEED donde pasamos 5 días tranquilos leyendo en los jardines del hotel o caminando por la playa del lago. Dentro de las actividades que se pueden realizar está un recorrido en bote para hacer snorkeling, el cual no ofrece buena relación costo / beneficio: por US$25 c/u (luego de regatear) nos llevaron a la isla West Thumbi (a menos de 1km del pueblo) donde pudimos hacer un poco de snorleking para ver algunos peces, sin que fuera nada especial, tal vez lo mejor fue el almuerzo cocinado fresco en el lugar. También caminamos hacia Otter Point para ver el atardecer, un pequeño recorrido que bien vale la pena. Para ambas actividades es necesario pagar un ingreso al parque Natural ya que esta es zona protegida, así es que lo hicimos el mismo día para evitarnos el cobro doble (aprox US$10 por persona).
Disfrutamos muchísimo estos días en el Cabo Maclear, haciendo deporte en las mañanas, probando la comida local y teniendo largas tertulias con David, coordinador del Ecolodge y del centro de buceo.
En este lugar pudimos ver también la pobreza de África conviviendo al lado del turismo, niños que muestran signos de desnutrición, calles polvorientas, tiendas en las que falta todo y el lago como el gran proveedor del agua para bañarse, para lavar la ropa y para cocinar.
El Lago Malaui es un gran referente para el país. Recuerdo la primera vez que lo vi desde el avión mientras viajábamos de Kenia a Sudáfrica hace algunos años y cómo me impactó esta gran masa de agua. Majestuoso, desborda de vida en el Gran Valle del Rift, la cuna de la humanidad, un lugar en el que sentimos desacelerar el ritmo y encontramos el descanso que a veces nos hace tanta falta en medio de un viaje largo.
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