Makhtesh Ramon, un lugar único en Israel
Makhtesh Ramon – Israel, 30 de octubre al 1 de noviembre de 2017
Viaje por el Mundo 2017 – Días 281 al 283
Conocido como el Cráter Ramon, el Makhtesh Ramon realmente no es un cráter en sentido extricto de la palabra, ya que no fue formado por una erupción volcánica ni por el impacto de un meteoro. Se trata de un accidente geográfico que se encuentra en esta zona del mundo (Israel y Egipto) que consiste en una depresión formada por la erosión de la superficie, dando la impresión de ser un cráter. El Makhtesh Ramon es único por ser el más grande y además por tener 3 drenajes en lugar de 1 como todos los demás.
Incluimos este destino en nuestro itinerario por Israel gracias a la recomendación de varios amigos que conocimos en Malaui y Mozambique. Nos parecía fascinante la idea de hacer una caminata en el desierto y en definitiva nos recomendaron este destino por la belleza de su geografía.
Llegamos a Mitzpe Ramon, una población que se encuentra en el aro del Makhtesh y desde allí organizamos nuestra aventura. El plan consistía en acampar en el campamento Be’erot durante dos noches y desde allí hacer algunas caminatas. Aún sin entender muy bien de qué se trataba, nos dirigimos al Centro de Visitantes del parque donde tienen toda la información relevante sobre las diferentes rutas y nos dieron un mapa relativamente detallado sobre las opciones, adicionalmente en el supermercado local compramos las provisiones necesarias para los siguientes días. El Centro de Visitantes ofrece unas terrazas para ver el Makhtesh desde el aro que son impresionantes y tiene una exhibición auto guiada que bien vale la pena para entender mejor este ecosistema, su origen, flora y fauna.
En el campamento Be’erot encontramos unas instalaciones bastante organizadas, sin embargo es destino común de las excursiones de los colegios así es que es mejor buscarse un lugar apartado bajo los kioscos construidos para resguardar las carpas del sol. En cada uno de ellos hay toma corrientes eléctricos, nevera, mesas con sillas y agua potable. También hay baños y duchas compartidos, así como una tienda para comprar provisiones básicas, helados y bebidas calientes.
Nosotros hicimos dos caminatas, una en la tarde del primer día (Horseshoe, Wadi Ardon y Mount Kharut) y otra en la mañana del segundo (Monte Ardon). Es importante salir del campamento con una cantidad suficiente de agua ya que en el camino no hay donde abastecerse y dadas las condiciones del desierto la deshidratación es más acelerada.
Si bien la caminata nos pareció un poco monótona, la experiencia del desierto del Negev fue en sí muy interesante. Hermosos amaneceres y atardeceres que le daban a las montañas tonos rojizos, el cielo completamente despejado con millones de estrellas, el calor casi insoportable en el día y el frío que nos hacia temblar mientras preparábamos la comida en la noche, y, en especial, la felicidad de estar juntos en un lugar único como este, en los últimos días de nuestro viaje, pero completamente plenos de tantas cosas que vivimos y aún así, son muy pocas comparadas con todo lo que ha sucedido en este lugar que es testigo y vestigio de la historia de nuestro planeta.
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