Malinalco: historia y mística precolombina
México es famoso por sus grandes mecas turísticas que atraen hordas de viajeros de todo el mundo. Acapulco, Cancún, Los Cenotes de la Península de Yucatán, Teotihuacán, Chichén Itza están siempre muy ocupados con cientos de miles de europeos, latinos, asiáticos y sobre todo, de gringos. Son lugares que pertenecen ya más al mundo que a México. Sus centros comerciales, grandes resorts turísticos y el velo del modernismo que poco a poco se va apoderando de este mundo, cuentan muy poco de esta cultura que tiene para mostrar mucho más que los tacos y el tequila. Sin embargo, este país se ha ocupado también de poner en el mapa del mundo otros lugares que por su autenticidad, exhuberante belleza y poder encantador resaltan y representan los valores reales de la cultura mexicana. Son pequeñas poblaciones que cuentan la historia de este país desde antes de su colonia hasta el presente a través de su calles, arquitectura, iglesias y museos. Son, como ellos bien los llaman, Pueblos Mágicos.
Malinalco es uno de los 83 pueblos mágicos del país y está entre los 5 ubicados en el Estado de México, a solo 1:30 h por tierra de la ciudad de México. Visitarlo nos pareció una experiencia increíble, pues descubrimos un lugar lleno de historia que nos enseñó muchas cosas de las culturas indígenas que ocuparon el territorio, los Mexicas o comúnmente llamados, los Aztecas.
El día comenzó con la visita al Cerro de los Ídolos, una de las zonas arqueológicas más importantes del Estado de México. Esta zona se encuentra a sólo unas cuantas cuadras de la plaza principal y se llega a ella por un camino empedrado de 450 escalones. En la cima de esta pequeña colina se encuentra el Santuario de los Guerreros Águila y Jaguar, que se ha comparado con Ellora en la India y con el Templo de Abu Simbel en Egipto. El lugar estaba destinado únicamente a la realización de sacrificios a los dioses y cuenta la historia que sólo los más altos rangos Azetcas podían acceder a él.
Allí tuvimos la oportunidad de conocer a Martín. Autor de varios libros de historia Mexica que, con una pinta y rasgos indígenas, se dedica a contar su versión de los hechos. Cuenta Martín que los españoles, en su afán de justificar los atroces hechos cometidos durante la colonización, nos hicieron creer que nuestros antecesores americanos eran bárbaros que sacrificaban inocentes en ofrenda a múltiples dioses y que tenían sumidos a toda la comunidad en una miseria inimaginable (historia similar a la que hoy en día usa China para justificar la invasión a Tíbet). Fue así como, a través de la figura mitológica de un pecho desgarrado y una mano que sostiene un corazón todavía latiendo, está en nuestras mentes como la más cruda representación de una cultura aborigen que merecía correr la suerte que corrió: ser dominada por la mano de burdos españoles con más oro que cultura en su cabeza. El diálogo con Martín fue revelador. Nos contó de los avances tecnológicos, científicos y espirituales de su pueblo. Relató con detalle cómo los más altos guerreros ascendían los escalones de la colina para graduarse con su más alto rango regalando su más preciado bien: su propia sangre. Así, estos grandes hombres, en el afán de agradecer a sus creadores, perforaban muchas partes de su cuerpo y hacían una ayuno de 40 días en reciprocidad por haber recibido de ellos la vida. “Es imposible de hacer tal cosa” recalcaba Martín. “No me lo pregunten a mi, pregúntenselo a su médico. Para extraer el corazón de la caja torácica de una persona hay necesidad de quebrar el esternón, cosa que no se hace en segundos como lo muestran las mejores escenas de Apocalypto y tantas otras producciones de Hollywood”.
El Santuario es pequeño pero mágicamente encantador. Luego de escuchar las palabras de Martín, bastaron unos 30 minutos para apreciarlo completamente y regresar rápidamente al punto de partida donde nuestro perro nos esperaba con su paciencia infinita, pues en el recinto arqueológico no se permite el ingreso de las mascotas.
Luego, en el pueblo, pudimos visitar el Museo Universitario Dr Luis Mario Schneider, el cual fue obra de un señor profesor mexicano nacido en Argentina que se enamoró de estas tierras dedicando sus últimos 30 años de vida a documentar y dar a conocer la historia de las culturas del Estado de México. Su mayor herencia, este bello museo que en forma muy ordenada y guiada por especialistas, te cuentan la historia de la riqueza cultural de la región.
Nuestro día culminó paseándonos por un bello mercado de artesanías y disfrutando de una deliciosa trucha que es definitiva una de las principales especialidades culinarias de la región.
Poco a poco vamos aprendiendo cada vez de la diversidad de la cultura Mexicana. Una cultura ancestral que bajo un velo de historias míticas cristianas y más recientemente de narcos inmensamente millonarios, nos nuestra por qué México es hoy en día un lunar sumamente especial de este planeta que se resiste a olvidar su verdadero pasado.
Datos útiles:
- Cómo llegar a Malinalco
- Ascenso al Cerro de los Ídolos: los domingos es gratis para los mexicanos y extranjeros residentes. Son aproximadamente 400 escalones, para una persona en buen estado físico es un ascenso de 15 minutos, no se permite el ingreso de comida pero es posible llevar agua.
- Otros atractivos del pueblo: hay construcciones religiosas como el ex convento Agustino del siglo XVI, balnearios y un corredor gastronómico (donde la trucha es la especialidad).
- Si van con su perro busquen los estacionamientos que quedan en la base del Cerro de los Ídolos ya que tienen buenos árboles y pueden dejar allí a su mascota (con recomendación al encargado).
- El costo aproximado de la comida (trucha + bebida) es de $100 Mx por persona.
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