Montenegro, el lugar de las cuestas

Del 6 al 12 de septiembre de 2023.

Llegamos a Montenegro a la ciudad de Kotor en un corto bus (4:30 horas aprox.) desde la ciudad de Mostar en Bosnia y Herzegovina. Como nuestra estadía sería corta, decidimos rentar un departamento justo en el centro de la ciudad. El lugar, Apartment Ana Paola, era mucho más pequeño de lo que nosotros consideramos necesario para estar confortables, pero su ubicación resultaba extremadamente conveniente para recorrer de forma fácil las intrincadas calles del centro antiguo.

Kotor no es precisamente una ciudad muy llamativa si se compara con las numerosas poblaciones de la costa adriática que ya habíamos visitado hace algunos meses en Croacia. Cuenta con una muralla alrededor del centro histórico y en su interior, en medio de intrincadas callecitas, abundan los restaurantes de comida italiana, los cafés y en general esos lugares de comida desabrida típicos del mar adriático donde sientes que pagas mucho más de lo que obtuviste tanto en cantidad y calidad como en servicio. Sin embargo, lo que sí fue relevante para nosotros fue encontrarnos con un terreno espectacularmente montañoso que desde el mismo Kotor ya nos daba una clara idea del porqué del nombre de esta nación: Montaña Negra. Por otro lado, nos dimos cuenta que la acción no solo estaba en el centro antiguo sino también en el malecón que conecta diferentes poblaciones en un circuito de más de 40 kilómetros que puede hacerse en bicicleta.

Tras recorrer el centro decidimos el día siguiente visitar la parte anterior del parque natural Lovcen, al cual se pude acceder literalmente desde el mismo centro a través de un pronunciado ascenso que te lleva a disfrutar de una vista perfecta de la gran bahía, justo donde hay un restaurante / café ideal para reposar las casi dos horas de cuesta arriba. Nuestro recorrido marcaba un circuito con un descenso pronunciado que conectaba con la población de Dobrota a unos tres kilómetros de nuestro departamento. Si bien en el mapa lucía un terreno fácilmente franqueable, la realidad nos tomó con un sendero muy poco demarcado, plagado de chamizos y plantas espinosas y además con un camino que en algunos tramos sentimos peligroso. No por nada, tomamos más de tres horas en el descenso con paso lento y siempre atormentado por los numerosos obstáculos. Exhaustos pero felices, disfrutamos de un buen almuerzo / cena en el restaurante Bonita 99, mismo que habíamos visitado la tarde anterior.

Desde Kotor, nos dirigimos a Tiva International Airport para recoger el carro que nos llevaría a las montañas del norte. Sin mayores contratiempos, salvo de tener que reparar una luz delantera en un taller cercano, pasamos el día recorriendo las población de Budva hasta llegar a Cetinje la capital política del país. En el camino hicimos una corta parada en Stevi Stefan donde pudimos, tras pagar la exuberante cantidad de 10 euros de parqueadero, disfrutar la que quizás sería nuestra última playa cálida de este viaje.

Budva:


Stevi Stefan:

Cetinje nos sorprendió por sus calles vacías. Aunque la ciudad tiene su encanto, su clima continental caluroso en verano y muy frío en invierno lo hacen ser un territorio poco habitado, con solo 14 mil pobladores. Bastaron un par de horas para recorrer el centro, que cuenta además con un bello parque lleno de árboles, antes de irnos a descansar a un departamento que rentamos en las afueras de la ciudad (Studio Apartment) y que nos sorprendió por su orden, limpieza y en general por la pulcritud con que todo estaba dispuesto.

Si bien, Cetinje fue una parada intermedia entre Kotor y las montañas de Durmitor National Park, aprovechamos la estadía para visitar al día siguiente el Parque Natural Lovcen. Una corta caminata de 10 kilómetros por caminos bien establecidos nos dejó ver paisajes similares a lo que habíamos apreciado un par de días atrás en las inmediaciones de Kotor. Hay tantos caminos que bien podríamos haber dedicado tres o cuatro días completos para recorrerlos.

Dos horas y media y 160 kilómetros más adelante, se encuentra la población de Žabljak famosa por ser la puerta de entrada al Parque Nacional Durmitor. Nuestro alojamiento, Guest House Baranin Pitomine, situado en las afueras a unos 5 kilómetros del centro estaba en una perfecta ubicación para explorar el parque sin la necesidad de hacer desplazamientos en auto. Así lo hicimos y después de ubicarnos, reconocer el lugar y hacer algunas compras para los desayunos, durante los siguientes dos días realizamos dos espectaculares caminatas que nos ratificaron una vez más lo felices que somos al recorrer las montañas sin un destino diferente al del camino por sí mismo.

El primer día, decidimos hacer un recorrido recomendado en Wikiloc que a lo largo de 21 kilómetros, cubría un circuito con un paso de montaña, pasando en la parte final por los Snake y Black Lakes, ambos importantes atractivos de la zona. El Black Lake, ya al final del recorrido, nos supo tentar con un delicioso y costoso café acompañado de pastel de manzana, el preferido de Álex. El restaurante del que se precia el lago, es quizás el lugar al que la mayoría de los turistas por una u otra razón llegan y por lo tanto se de al lujo de ofrecer viandas a precios que para nada concuerdan con las realidad de la región.

Ya el segundo día, quisimos hacer la difícil caminata a la llamada Ice Cave. Un circuito de unos 17 kilómetros que realmente nos dejó mucho más extenuados que el día anterior, no solo por el desnivel, sino por el difícil camino del último ascenso hacia la cueva helada que a pesar de contar todo el año con hielo, ya en esta época apenas lucía una delgada capa glacial de color marrón. Como de costumbre, las vistas desde la parte alta eran exuberantes. Durante el descenso buscamos un camino que conectara con el lado oriental para descender por la ruta del día anterior, pero fue imposible sortearlo. Grandes rocas nos impedían avanzar al mismo tiempo que el esfuerzo en mis talones dejaba dos grandes ampollas que luego me causarían bastantes molestias. Retomamos entonces la ruta tradicional, desviándonos en la parte final hacia nuestro guesthouse, sin necesidad de pasar por el Black Lake.

Un día más tarde, ya de camino hacia Tiva para regresar el auto, tomamos un desvío para conocer, Đurđevića Tara Bridge, el puente más grande de Montenegro, orgullo nacional que sirve para conectar los dos flancos que forma el cañón del río Tara.

Nuestro recorrido dio punto final en Podgorica, la capital del país. Pasamos la noche en un departamento que rentamos cerca a la estación de buses (Vukadinović) para tomar un vuelo en la mañana siguiente hacia nuestro siguiente destino, la ciudad de Osh en el sur de Kirguistán.

Montenegro nos sorprendió. No por su historia de la cual estudiamos más bien poco, sino por su escarpado terreno que ofrece posibilidades ilimitadas para disfrutar de un ambiente natural sano y en buen estado. Quizás nunca regresemos, pero lo que si es seguro es que siempre lo recordaremos.

Recomendaciones para viajar a Montenegro

Montenegro se encuentra en la península de los Balcanes, limita con Croacia, Bosnia y Herzegovina, Serbia, Kosovo y Albania. La moneda oficial es el Euro, aunque no pertenecen a la eurozona, es decir, no pueden imprimir moneda localmente, solo usar la que se encuentra en circulación. En los alojamientos tuvimos que pagar en efectivo, pero en los restaurantes y supermercados podíamos pagar con tarjeta de crédito. Hay cajeros electrónicos de fácil acceso en muchos lugares,

La comida tradicional son los jamones y quesos curados, es una delicia ordenarlos en los restaurantes, acompañados por alguna ensalada fresca. Para nosotros fue una maravilla después de estar comiendo gulash y cepavi por varias semanas.

Para mantenernos conectados, compramos una SIM card de m:tel que compramos en el kiosco de tabacos afuera de la estación de buses por 10€ que incluía 500 GB por 7 días y la posibilidad de compartir la conexión con otros equipos.

Recorrido

La mayor parte del recorrido la hicimos en un auto rentado a través de Rental Cars, salvo la parte de Kotor junto con nuestro ingreso desde la ciudad de Mostar en Bosnia & Herzegovina. Cuando regresamos el auto cerca el Tiva International Airport, tomamos un bus desde Tiva hacia Podgorica con el fin de tomar nuestro vuelo a la ciudad de Osh en Kirguistán.

Costos

Precios diarios promedio en dólares para dos personas.

  • Alojamiento: $45.
  • Alimentación: $45.
  • Transporte: el auto que alquilamos nos costó $165 por 5 días. Adicionalmente pagamos $55 de gasolina antes de regresarlo.

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