Love NZ, nuestro recorrido por la Isla del Sur
Nueva Zelandia, noviembre 13 al 30 de 2011]
Teníamos grandes expectativas sobre la isla del sur. Muchas personas que conocimos durante los últimos meses nos dijeron que era aún más espectacular que la isla del norte y Mónica y Juan Pablo nos transmitieron lo mismo luego de su paso por este país. Luego de terminar el Milford Sound, alquilamos un carro en Queenstown, una forma muy económica para viajar en Nueva Zelandia. El valor del alquiler diario es de 25 dólares neozelandeses (menos de 20 dólares americanos) por un carro “viejito”, automático y en buenas condiciones. El seguro todo incluido son otros USD 12, con lo que por USD 32 al día tuvimos total libertad para desplazarnos por el país.
Otra ventaja que encontramos fue la posibilidad de disminuir el costo del alojamiento durmiendo en nuestra carpa. Una habitación con baño compartido cuesta por lo menos USD 65, una cama en un hostal alrededor de USD 25 por persona. Acampar en lugares supremamente cómodos, con muchas facilidades y generalmente rodeados de un paisaje hermoso nos costó en promedio USD 30 por los dos. Así pudimos también ir mercando y cocinando nuestra propia comida. Con un plan medio armado, que fuimos modificando varias veces en el camino, recorrimos las siguientes ciudades (en este orden):
Queenstown
Es la capital de la adrenalina por excelencia, base para visitar Te Anau, el Milford Sound y en general la region de Fiordiland. Adicionalmente es una ciudad encantadora, con calles organizadas, sin un solo semaforo, un hermoso lago, montañas nevadas, campos para esquiar (en el invierno) y una oferta gastronómica completa.
Arrowtown
Apenas a unos kilómetros de Queenstown, este hermoso pueblo conserva el encanto de una ciudad anclada en el tiempo. Nos sentíamos caminando por las calles de Disneyland
Dunedin
Tomamos un tour para ver a los pingüinos de ojos amarillos en una reserva. Allí pudimos ver a las parejas de pingüinos con sus crías de apenas unas semanas y el proceso en el que uno de los padres regresa del mar con la comida y cambia con el otro más o menos cada 12 horas. Es un buen ejemplo de una industria privada organizada alrededor de la conservación de una especie, allí los pingüinos siguen viviendo en sus tierras milenarias mientras los propietarios reciben ingresos económicos (por las visitas de los turistas) y participan activamente en la conservación de su hábitat. También vimos volar a los albatroz, unas aves marinas que pueden vivir siempre en el mar y cuyo tamaño (de extremo a extremo de las alas) puede ser de 3 metros. Visitamos la fábrica de chocolates de Cadbury, donde David fue tan feliz como la primera vez que visitó la fábrica de Nacional de Chocolates en Rionegro.
Lago Tekapo
Un lago de aguas azules, rodeado de montañas nevadas y con una pequeña población. Ver el paisaje es todo un espectáculo, más aún desde la colina en la que queda el observatorio.
Monte Cook
Es la montaña más alta de Nueva Zelandia, allí tomamos un pase para ver todas las películas del planetario, incluyendo un documental sobre Edmund Hillary, el neozelandés que en compañía del nepalés Tenzin Norway fue el primero en escalar el monte Everest. Armamos nuestra carpa en el camping del Departamento de Conservación y al día siguiente hicimos tres caminatas cortas en los alrededores. Así pudimos ver el Monte Cook y los que lo rodean en un día completamente despejado.
Wanaka
Otra hermosa ciudad al lado de un lago. Tuvimos la fortuna de tener un clima espectacular, así es que hicimos la caminata de 3 horas al glaciar Rob Roy. En el camino cruzamos un hermoso bosque mientras ascendíamos bordeando el río que nace del glaciar. Al llegar al mirador del glaciar pudimos ver algunas avalanchas en la montaña.
Haast, Fox, Springfield
Teníamos el plan de hacer una caminata en el glaciar Fox, ya lo habíamos hecho antes en el glaciar Perito Moreno en Argentina y era una experiencia que aún recordábamos con emoción, sin embargo el clima se puso terrible y llovió sin parar durante casi 3 días. Pasamos 2 noches en Haast, metidos en la sala de tv del parque vacacional. La segunda noche el terreno donde estaba nuestra carpa se inundó y el administrador del lugar muy amablemente nos ofreció una habitación a mitad del precio normal. Cuando llegamos al glaciar Fox el clima estaba igual de malo y luego de un café continuamos hacia el “Arthur Pass” pero no se veía nada más allá de unos pocos metros, por lo que seguimos hacia la siguiente población: Springfield! Allí no encontramos donde acampar y pasamos la noche en un hostal.
Kaikoura
Llegamos a la costa este con un sol resplandeciente y un mar azul claro rodeado de montañas. Allí las principales atracciones son los delfines, las focas y las ballenas. Tomamos un tour para ver las ballenas y salimos completamente decepcionados: apenas pudimos ver durante algunos minutos el lomo de la ballena y luego por 18 segundos el momento en que sacó la cola para sumergirse! Todo desde muy lejos y por casi USD250. Al día siguiente hicimos la caminata por la península, un agradable paseo de un par de horas (y gratis!) en el que al caminar por la playa se ven las focas y las gaviotas anidando y al caminar por la parte superior de la montaña se ven las hermosas formaciones del mar.
Blenheim
En la zona vinícola de Marlborough visitamos un viñedo donde pudimos catar sus deliciosos productos. Sólo visitamos uno: nuestra tolerancia al alcohol es muy baja! Pero hay cientos para recorrer.
Picton
Una pequeña población a orillas del mar que une la isla del norte con la del sur a través del ferry. Allí pudimos ver el hermoso Malborough Sound desde diferentes pequeñas caminatas alrededor de la ciudad.
Abel Tasman
Una de las 9 “grandes caminatas” de Nueva Zelandia. Elegimos una ruta de dos días, tomamos un acua-taxi hasta Awaroa desde donde vimos las focas y los pingüinos azules y desde allí nos devolvimos hacia el inicio del parque. El camino es espectacular ya que se rodea el mar algunas veces caminando por la playa y otras atravesando los bosques. Fue nuestra caminata favorita en Nueva Zelandia, disfrutamos mucho de las playas solitarias, las aguas cristalinas, los bosques verdes y como siempre los lugares impecablemente limpios y bien cuidados de este país. Conocimos allí a John y Nia unos canadienses que estaban haciendo el camino de 3 días con su pequeña hija Lucy de apenas un año y medio, muy admirable teniendo en cuenta que en este parque hay que ser completamente autosuficientes: cargar la carpa, el fogón y todos los implementos para cocinar, la comida y toda la basura (incluyendo los pañales sucios!).
Hanmer Spring
Su gran atractivo son las aguas termales en un complejo de casi 20 piscinas donde se encuentran opciones con diferentes temperaturas y minerales. Un buen plan, muy relajado, para descansar de tantos días agitados.
Christchurch
La ciudad más grande de la isla del sur sufrió un fuerte terremoto este año. El centro de la ciudad está cerrado y se pueden ver vestigios de los edificios destruidos (aunque ya están demolidos totalmente). Nos quedamos un par de noches, visitamos el jardín botánico, fuimos a cine y pasamos una tarde estupenda en el centro de la Antártica.
Terminamos nuestro recorrido de un mes en Nueva Zelandia, muy satisfechos de haber conocido tantos lugares hermosos, de compartir con Julie e Iain en Auckland (Isla del Norte), de recorrer el Milford Track, de descubrir un país que (de los que conocemos hasta el momento), ha sabido combinar el desarrollo con el cuidado armónico de los recursos naturales.
Nueva Zelandia definitivamente nos conquistó, sin mas que decir, I LOVE NZ!
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Mónica
28 diciembre, 2011Qué lindo post!!! Las fotos están sensacionales!! Y sí, definitivamente I love NZ too! Qué país! Al igual que ustedes estuvimos en sitios que parecía que ningún humano hubiera estado antes, o hubiera dañado algo. Realmente es un país armonioso en muchos aspectos! Un abrazo!