Parque Nacional Liwonde, el hogar de los sobrevivientes
10 y 11 de agosto de 2017
Mientras diseñábamos nuestra ruta en Malaui nos cruzamos con información sobre el Parque Nacional Liwonde, uno de los pocos destinos de safari del país. Al encontrarse prácticamente en el punto medio entre el Cabo Maclear y Blantyre, nos pareció una buena alternativa para dividir este recorrido en dos etapas y aprovechar para ver vida salvaje.
Fue triste, sin embargo, empezar a investigar y descubrir que casi toda la vida salvaje del lugar desapareció a lo largo de los años debido a la cacería, el deporte de moda entre la aristocracia europea que viajaba a Africa en la primera mitad del siglo XX para demostrar su “superioridad” acabando con la vida de ñúes, rinocerontes, perros salvajes, cebras y varias especies de antílopes, a tal punto que, cuando se creó el área protegida en 1962 ya no quedaban vestigios de estos animales ni de los grandes felinos.
Aún así decidimos visitarlo. Podría pensarse que un safari más cuando ya hemos hecho tantos no hace la diferencia, pero lo cierto es que siempre es emocionante ver los animales, aunque sean especies ya conocidas, aunque sean fáciles de ver en todas partes, aunque sólo queden algunos. Nuestro alojamiento elegido fue Liwonde Safari Camp, lugar al que llegamos luego de tomar una moto y dos mini buses desde Cabo Maclear. Es un lugar bastante cómodo que cuenta con diferentes opciones, desde dormitorio hasta chalet. Nosotros nos quedamos en una de las carpas y lo único que lamentamos un poco fue estar obligados a comer en el restaurante del lugar donde había pocas opciones y los precios eran bastante altos
Realizamos dos salidas, un game drive en la mañana y un paseo en bote en la tarde, ambas el mismo día para no tener que pagar un doble acceso al parque. Dentro de los animales que vimos en la mañana rescatamos algunos buitres comiéndose un waterbuck, especie de la que hay bastantes ejemplares en el parque, y muchas aves diversas.
El recorrido en bote fue bastante agradable y una oportunidad para ver a la Fish Eagle cazando y a los elefantes caminando al lado del río en familia, definitivamente un momento inolvidable. Sin embargo posiblemente lo más impactante fue descubrir a algunos elefantes merodeando por nuestro campamento en la noche, pudimos verlos, con mucha precaución, a sólo unos metros de distancia de nosotros.
En definitiva es un parque que vale la pena conocer si, como a nosotros, les queda de paso en el recorrido. Hay que tener claro que no hay grandes depredadores o cientos de manadas como en otros lugares de safari, sin embargo en términos de precio es relativamente accesible y siempre la naturaleza nos recompensa con algún momento inolvidable.
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