Vista del Cristo Redentor desde el Morro da Urca

Un día (del 2005) en Río de Janeiro

Antes de que inciáramos nuestro blog en el 2011 cuando hicimos un viaje de 217 días alrededor del mundo, ya habíamos recorrido varios kilómetros y conocido lugares maravillosos.  De algunos tenemos crónicas (escritas en algún cuaderno por ahí) y de la mayoría conservamos fotografías, así es que quisimos rescatar esas imágenes para convertirlas en un archivo vivo de nuestras aventuras viajeras.

En el 2005 viajé a Brasil por motivos laborales, y tuve la oportunidad de pasar un fin de semana en Río de Janeiro y algunos más en Sao Paulo.  Aquí les comparto algunas fotografías de esos lugares icónicos de la ciudad, definitivamente los más turísticos, pero con un día en la ciudad y 4 compañeros más de viaje no pude salirme de la ruta clásica.

Recuerdo que cuando llegamos a Río, lo que más me impresionó fue ver las montañas al lado del mar, grandes piedras que emergen en medio de una vegetación muy verde.  Nos hospedamos en la zona de Ipanema, muy cerca de la playa, de restaurantes y de almacenes de diseñador.

Playa Leblon vista hacia el Oeste
Playa Ipanema vista hacia el Oeste
Playa Leblon vista hacia el Este
Playa Ipanema vista hacia el Este

Con muy poco tiempo para conocer, contratamos a un taxista que nos hizo un recorrido de un día entero por la ciudad.  Nuestro primer destino fue el Morro Pan de Azúcar, con 396 metros de alto.  Se puede subir en un teleférico (el cual fue nuestra opción) que hoy en día cuesta aproximadamente US$27.  El recorrido en teleférico tiene dos tramos, el primero llega hasta el Morro da Urca, hasta donde también se puede subir caminando.  Lo más impresionante de subir al Morro son las imágenes de las diferentes playas y zonas de la ciudad.

Pan de azúcar antes de subir
Pan de azúcar antes de subir
Vista del Cristo Redentor desde el Morro da Urca
Vista del Cristo Redentor desde el Morro da Urca
Rio de Janeiro desde el Morro da Urca
Rio de Janeiro desde el Pan de Azúcar

Desde el Pan de Azúcar nos dirigimos hacia el Maracaná.  Aunque no soy una gran fan del fútbol, tenía muy claro que era uno de los estadios más grandes del mundo (¡y eso lo sabía simplemente porque en la Universidad donde estudié había un salón tan grande que lo llamaban así!).  Algunas de las curiosidades del estadio (citadas en un cartel antes de entrar) son:

  • A un hombre solo (trabajando todos los días de la semana) le tomaría 1,860 años construir el estadio.
  • El Maracaná tiene un total de 195,600 m2.
  • Si todo el hierro utilizado en la construcción del estadio (10 mil toneladas) fuera transformado en barras de 4.5mm daría para darle la vuelta al mundo una vez y media.
Maracaná
Maracaná

Nuestra siguiente parada fue el “Sambódromo” aunque sin la fiesta del carnaval se veía bastante… triste

Sambódromo
Sambódromo

Del templo del placer, nos fuimos para el templo de la religión: la Catedral de San Sebastián de Rio de Janeiro.  Una construcción cónica con 75m de altura.  Lo más impresionante de la Catedral son los vitrales que ascienden por 4 lados y se unen en el techo en forma de cruz.

Catedral de Rio de Janeiro
Vitrales en la Catedral de Rio de Janeiro

Finalizamos el día subiendo al Cerro de Corcovado donde está la estatua del Cristo Redentor, aunque no tuvimos mucha visibilidad y apenas pudimos ver la estatua y la ciudad durante algunos momentos.

Cristo Redentor
Cristo Redentor

En Río de Janeiro también disfrutamos de nuestro primer “Rodizio” (aunque no quedó evidencia fotográfica jaja).  En aquella época aún no era vegetariana y seguramente fuimos al Rodizio tradicional que es principalmente de carnes.  Se paga un precio fijo y los meseros van pasando por las mesas con diferentes cortes de carne (de distintos animales también) ensartados en pinchos metálicos.  En la misma mesa van cortando la carne de acuerdo con las solicitudes del comensal.  Luego descubrí que el concepto se lo han apropiado otro tipo de restaurantes, así es que hay Rodizio de Sushi, Rodizio de Pizza…

Rodizio
Rodizio

La comida en Brasil es absolutamente deliciosa.  Uno de los platos típicos es la Feijoada (literalmente: frijolada) una comida con mucha proteína que también lleva carne de cerdo y que se come usualmente los sábados acompañada de carne seca.

Feijoada
Feijoada (en Sao Paulo)

Estoy segura de que Río de Janeiro tiene muchos lugares más por descubrir, secretos de una ciudad llena de una gran energía vibrante.  Espero volver algún día (con David) y con toda la calma del mundo descubrir esos rincones que en este viaje permanecieron ocultos.


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