Vilanculos
Vilanculos – Mozambique, 22 al 26 de agosto de 2017
Luego de visitar el parque Gorongosa, tomamos un bus desde Chimoio hasta Pambarra con la empresa LTM lo cual representaba un pequeño lujo luego de viajar en los mini buses o Chapas, los peores que hemos conocido en todos nuestros viajes. En el bus se debe pagar el trayecto completo hasta Maputo, aunque nos quedamos prácticamente en la mitad, pero tiene sillas numeradas y no lleva sobre cupo, en el costo está incluido el valor del equipaje, a diferencia de las chapas o buses más informales donde siempre lo cobran como un adicional.
Pambarra es apenas un cruce de caminos, sin embargo es muy fácil tomar un transporte hasta Vilanculos y en menos de 40 minutos llegamos a este pueblo costero que desde el primer momento se nos ofrece muy distinto a lo que hasta el momento habíamos conocido de Mozambique. Hay un par de calles principales, una de ellas central que recorre de norte a sur la población en la que se encuentran los principales servicios: estación de buses, mercado, tiendas, bancos, restaurantes y cafés y la otra en la línea de playa donde principalmente hay hoteles y restaurantes.
Elegimos para nuestro alojamiento Complexo Alemanha – Vilanculos Backpacker, un lugar bastante acogedor en el que disfrutamos de una cabaña básica, la mejor ducha que hemos tenido en el viaje, un restaurante con excelente relación precio – beneficio y un amable propietario alemán que nos dio muchos consejos para disfrutar del lugar.
En Vilanculos el principal plan es tomar un tour a alguna de las islas del Parque Nacional de Bazaruto, es un paseo de un día entero en el que se visitan diferentes islas para caminar en las dunas, hacer snorkeling y almorzar allí mismo. En nuestro caso tomamos el tour con la empresa Dolphin Dow Safaris y visitamos la isla Bazaruto, luego hicimos snorkeling en un lugar conocido como “Two mile reef”, almorzamos de nuevo en la isla Bazaruto y al final de la tarde fuimos a la isla Benguerra. El mar tiene unas olas bastante altas y personalmente sufrí un poco en los trayectos en el zodiac y el snorkeling no fue sobresaliente, pero en general el recorrido vale mucho la pena y la comida estuvo deliciosa y abundante.
El resto de nuestros días en Vilanculos los dedicamos a descansar, planear los destinos por venir, hacer deporte, tomar café en el restaurante “Kilimanjaro” (donde por cierto venden una hamburguesa deliciosa y hay intercambio de libros), caminar por la playa y conversar con otros viajeros que conocimos en el camino.
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