¡Vino! ¿mexicano?
Continuando nuestro recorrido por los Pueblos Mágicos de México teníamos en la lista desde algunos meses atrás la intención de visitar Bernal, sin embargo al estar a más de 220Km del DF no era un paseo que pudiéramos hacer en un solo día. Elegimos el Hotel Casa 19 de Enero ya que nos permitían quedarnos con Mono, nuestro Pastor Alemán, y aunque ese fue nuestro único criterio de selección, fue una decisión muy acertada, el hotel queda a pocos pasos de la plaza principal, el servicio es excelente, la comida en el restaurante deliciosa y abundante, definitivamente un lugar sencillo pero muy recomendado.
Viñedo Freixenet
Antes de llegar a Bernal, hicimos un pequeño recorrido por la región. Nuestra primera parada fue en la finca Sala Vivé, sede del viñedo Freixenet en el Municipio de Ezequiel Montes. Un gran parqueadero lleno de carros nos hizo dudar sobre lo que nos esperaba, pero luego de dejar a Mono debajo de un arbolito con agua suficiente, nos dirigimos a la finca: una hermosa casa de estilo colonial, de paredes blancas y un amplio patio en el que era difícil caminar entre tantas personas.
Justo en la primera habitación de la izquierda está la tienda donde se pueden comprar los vinos de la empresa y los boletos para el recorrido guiado ($60 Mex c/u). Los fines de semana el recorrido inicia cada hora, entre 11 am y 4 pm. Cruzando la casa se llega a la cava, cerca de 40 personas esperábamos en fila para hacer el recorrido de aproximadamente 45 minutos.
Entrar a la cava es una experiencia para vivir con todos los sentidos. Descendimos 25 metros por unas escaleras empinadas mientras nuestra guía nos iba explicando el proceso del vino y la historia de la empresa. Entre toneles y botellas a media luz aprendimos muchas cosas nuevas sobre el vino y finalizando el recorrido recibimos una degustación del producto local el cual acompañamos con lasaña y tortilla española (alrededor del patio se encuentran diferentes puestos de venta de comida). Nos decidimos por la especialidad de la casa: un vino espumoso Doña Dolores, con olor a vanilla y burbujas afrutadas, que fue tanto delicioso como refrescante.
A pesar de que México no tiene un gran reconocimiento internacional por su producción vinícola, el cultivo de la vid y la producción de vinos se remonta a los primeros años de los conquistadores en América (aquí cuentan la historia). La mayor producción de vinos en el país se da en la zona norte, en el estado de Baja California y se estima que hay más de 90 bodegas y 350 etiquetas en el país. Creo que la principal razón por la que en otros países no se conocen mucho los vinos mexicanos es que la gran mayoría de la producción se queda en el país y la exportación apenas llega al 10% (y posiblemente porque el Tequila es el que se lleva todo el reconocimiento en el resto del mundo).
Los siguientes destinos en nuestro recorrido fueron la Zona Arqueológica de Ranas, Bernal y Querétaro. Más adelante les contaremos sobre estos lugares.
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