Zadar, Split y Dubrovnik: Las perlas del Adriático
23, 24, 30 de mayo – 3 y 4 de junio de 2023
Oficialmente es Dubrovnik la ciudad que lleva el título de “la perla del Adriático” pero me pareció que puede compartirlo con otras dos ciudades importantes de la región de Dalmacia (Croacia): Zadar y Split.
Zadar
La primera que visitamos fue Zadar, ciudad que después de estar en Istria nos pareció mucho más auténtica y acogedora. El centro histórico se encuentra rodeado por una muralla que, como particularidad, tiene un parque en la parte superior por el que es muy agradable caminar. Entre sus atractivos principales está el órgano marino, una construcción de Nikola Bašić, que a través de diferentes tubos genera sonidos cuando rompen las olas del mar. Esto hace que la combinación de sonidos siempre sea diferente, por lo que cada momento es único. Es un lugar agradable para sentarnos mientras observamos el Adriático.
En Zadar también encontramos algunas ruinas romanas, construcciones de estilo veneciano y muchos cafés.
Algo que nos llamó la atención fue encontrar que en muchas casas (en medio de la ciudad) tenían huertas en las que cultivaban sus propios alimentos, algunas eran muy bien cuidadas, aprovechando hasta el más mínimo espacio.
Desde allí alquilamos un automóvil para el resto de nuestro recorrido por el país.
Split
Estuvimos solo de paso en nuestra ruta entre Skradin y Orebic, así que no tuvimos mucho tiempo de explorar la ciudad. Al llegar encontramos enormes grupos de turistas, lo que atribuimos a que es un puerto popular para los cruceros.
Se trata de la segunda ciudad más poblada del país y su principal atractivo es el Palacio Dioclesiano, que más que un palacio (como lo conocemos nosotros, es decir un solo edificio) es un conjunto de 220 construcciones de diferentes épocas históricas. Además de visitar algunos lugares notables como la catedral o el templo de Júpiter, es muy agradable caminar por la Riva, el malecón al lado del mar.
Dubrovnik
Famosa por su ciudad amurallada, Dubrovnik es un lugar perfecto (demasiado perfecto para nuestro gusto) en el que se han esforzado por crear una enorme infraestructura para el turismo. A diferencia de Zadar o Split donde el centro histórico reflejaba también la vida de la ciudad, en Dubrovnik cada espacio está dedicado a atender a los turistas con hospedajes, restaurantes, almacenes y museos.
Esto nos hizo reflexionar mucho sobre el impacto que tiene el turismo sobre la vida local. Hay ciudades como Venecia donde se dice que ya prácticamente no hay venecianos viviendo en ella porque es más rentable alquilar sus apartamentos en airbn e irse a vivir a otro lugar donde además los servicios y la comida sean más baratos.
También vemos otro fenómeno y es la unificación que trae la globalización. Restaurantes en donde se vende la misma comida “internacional” que en el resto del mundo, almacenes de ropa que también se pueden ver en Tokio, Madrid o Chicago, y artesanías que son producidas en China o algún otro país asiático.
Es un fenómeno inevitable al que también estamos contribuyendo, por lo que queremos seguir buscando destinos menos visitados y animarnos a elegir siempre la comida local.
Dado que teníamos poco tiempo, compramos el pase de la ciudad que por 35 € nos daba acceso a muchas de las atracciones durante 24 horas (también hay pases de tres o siete días) y lo usamos para recorrer la muralla (tiene casi 2 km de longitud) y algunos museos.
Lo que más nos gustó fue sentarnos a ver el atardecer en uno de los acantilados y conocer la obra del pintor Duro Pulitika, cuyo taller se puede visitar.
Una curiosidad sobre Dubrovnik es que la ciudad fue usada como set de grabación para la serie Juego de Tronos, así que hay muchos lugares icónicos que se pueden visitar, así como algunos tours especializados.
Bono: Korčula
Llegamos a esta isla tomando un ferry desde Orebic (se toma 20 minutos), nuestra idea era solo visitar la ciudad principal (del mismo nombre), ya que se trata de una isla de casi 47 km de longitud en la que hay varios pueblos, playas y sitios de interés.
El pueblo de Korcula tiene un casco antiguo asentado sobre una colina de forma oval, en la que es muy fácil movilizarse de extremo a extremo. En la parte superior se destaca la catedral de San Marcos y el museo de historia. Teníamos el interés en visitar el Museo de Marco Polo (se dice que allí nació el famoso viajero italiano) pero estaba cerrado por remodelación.
Es un placer pasear por las callejuelas (completamente peatonales) y disfrutar de las vistas sobre el Adriático y sus hermosos tonos turquesa. Al día siguiente tuvimos que regresar para tomar desde allí un ferry que nos llevara a Mljet y de nuevo nos encantó darle una vuelta a este hermoso lugar.
Maira
8 marzo, 2024Justo lo que estaba buscando! Genial! Muchas gracias!