Mono araña

Las Pampas Bolivianas

En algún momento del viaje nos pareció que nuestro plan original de 4 días en Copacabana y la Isla del Sol (Lago Titicaca) era demasiado tiempo y decidimos bajarlo a la mitad y juntar con un día más que tendríamos en La Paz para visitar una zona que en principio no habíamos considerado: Las Pampas.

Carteles mostrando una flora exuberante, un río cristalino y animales propios de la selva nos hicieron empezar a planear nuestra visita a este destino. Luego de coordinar el trekking por la Cordillera Real con Eduardo conseguimos los 3 días que necesitábamos para el tour.

La primera decisión fue qué empresa elegir. Hay decenas de opciones como en la mayoría de los planes en Bolivia y todas ofrecen prácticamente lo mismo. Esta vez los “reviews” en páginas como TripAdvisor eran contradictorios: todas las empresas tenían comentarios buenos y malos. En las agencias nos recomendaban simplemente la que era más rentable para ellos así es que finalmente nos decidimos por Indígena Tours que parecía tener prácticas ambientales más claras.

La visita a Las Pampas comienza desde la población de Rurrenabaque a la cual se puede llegar principalmente en bus (entre 18 y 24 horas) o en un avión de la empresa Amaszonas. Si bien esto encarecía considerablemente el tour, fue la opción que elegimos por el poco tiempo que teníamos. Por el plan de 3 días/2 noches (incluyendo transportes, alojamiento, alimentación y guía) pagamos $1,000 Bs c/u. Los Tiquetes aéreos costaron US$372 los dos. Algunas empresas ofrecen el tour a Las Pampas por un precio inferior (desde $600 Bs) sin embargo leímos que esto es ilegal, el costo mínimo debería de ser de $900 (aproximadamente US$130) ya que las empresas que cobran menos están pagando un salario inferior a sus empleados (personas de las comunidades locales) ya que este es el único costo flexible que tienen. Si bien siempre buscamos opciones económicas, no estamos de acuerdo con hacerlo a costa de quienes no tienen otra forma de sustento o apoyando empresas que dañan el medio ambiente, por esto descartamos esas empresas. Si no tenemos el dinero suficiente preferimos no tomar el tour antes que ir en contra de nuestros principios.

La primera gran sorpresa fue el avión que vuela a “Rurre” un CRJ200 para 17 pasajeros que parecía literalmente de juguete. Adentro, el frío a las 6:15 am en el aeropuerto de El Alto nos era casi insoportable, sin embargo minutos después cuando volábamos a pocos metros al lado del Huayna Potosí mientras salía el sol nos sentimos afortunados de vivir esta experiencia.

El avión de Amazsonas en el aeropuerto de Rurrenabaque
El avión de Amazsonas en el aeropuerto de Rurrenabaque

Llegamos a Rurrenabaque 40 minutos después. Nos recibió un calor aplastante en un pequeño aeropuerto pintado de amarillo y rodeado de montañas. A las 9:00 inició nuestro tour en el que íbamos 8 turistas (2 chicas británicas, una pareja de daneses, una pareja de australianos y nosotros). Nuestro guía, “Choco” hacía todo con la mayor lentitud posible.

Durante casi 3 horas viajamos en una Land Cruiser indecisos entre el calor sofocante de tener las ventanas cerradas o abrirlas y cubrirnos del polvo de la carretera destapada. Después de un almuerzo sencillo y de pagar la entrada al parque ($150 Bs c/u) nos montamos en una lancha por 4 horas más, navegando el río Yacuma.

Santa Rosa nuestro punto de entrada al Río Yacuma
Santa Rosa nuestro punto de entrada al Río Yacuma
Recorriendo el Río Yacuma
Recorriendo el Río Yacuma

El trayecto fue espectacular: miles de tortugas tomaban el sol, infinitas cantidades de caimanes asomaban los ojos, cientos de especies de aves lucían su plumaje sobre las copas de los árboles o pasaban volando sobre nosotros. Conocimos las Capivaras (a quienes en Colombia llamamos Chigüiros), vimos los delfines de río nadando justo a nuestro lado y los monos araña viajando en grandes grupos balanceándose de un árbol a otro.

Al final de la tarde llegamos a nuestro refugio, una sencilla construcción de madera compuesta por cabañas unidas por pasarelas, un gran comedor, un espacio común con hamacas y muchos árboles.  Luego de acomodarnos en nuestras habitaciones y de comer algo ligero, volvimos a la lancha para ir a un lugar cercano donde se podía ver el atardecer.  Allí conocimos a Apeksha y Rakesh quienes están recorriendo el mundo después de trabajar un par de años en Sigapur (más adelante nos visitaron en Bogotá y fue muy agradable conocerlos mejor y compartir tantas historias).

El atardecer en Las Pampas
El atardecer en Las Pampas

La cena fue abundante y nos fuimos a dormir temprano (la electricidad está limitada) después de un último paseo en el río para ver los animales nocturnos.  Pronto comenzó una tormenta que al amanecer apenas había disminuido un poco.  Comenzamos a sentirnos nerviosos por nuestro regreso a La Paz, debido a nuestros trabajos indiscutiblemente teníamos que estar el lunes en Bogotá y varias personas nos advirtieron que el vuelo de Amaszonas era cancelado con frecuencia así es que aunque aún nos quedaba un día en Las Pampas, decidimos regresarnos y buscar tomar cuanto antes un vuelo de regreso para minimizar el riesgo.

Las instalaciones de Indígena Tours
Las instalaciones de Indígena Tours

Nuestra decisión fue acertada.  Ese día la temperatura bajó de manera considerable, tanto así que en el regreso en el bote no vimos prácticamente ningún animal, parecía como si a todos los hubieran sacado de escena.  Regresamos a Rurrenabaque donde nos quedamos por una noche para tomar al siguiente día un vuelo un poco más temprano que el que teníamos planeado.

Para nosotros fue un gran descubrimiento esta zona de Bolivia de la que nunca habíamos oído, visitarla vale mucho la pena, pero definitivamente hay que contar con el tiempo suficiente para disfrutarla como se merece.  Siendo una región con una gran bio diversidad es un ambiente frágil al que debemos acercarnos con respeto, si se dispone del tiempo (1 mes) y de la pasión por los animales, hay opciones de voluntariado.

PD: aunque a primera vista Rurrenabaque no parece un lugar atractivo, tiene algunos sitios muy recomendados:

  • Nos quedamos en el Hostal Santa Ana, un lugar limpio, tranquilo y con un hermoso jardín interior (Calle Avaroa entre Vaca Diez y Campero)
  • Hay una maravillosa pastelería francesa, sólo abre en las mañanas de lunes a sábado Calle Avaroa cerca de Fluvian tours
  • Nos encantó comer en el restaurante La Perla de Rure, aunque se ve un poco simple, la comida es absolutamente deliciosa (Calle Vaca Diez y Calle Busch)

Para conocer sobre nuestra visita a Bolivia, visita este enlace.

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